La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista
284 Antonio Hidalgo torno a la noción de comunicación como elemento clave de la autoorganización de los sistemas sociales, y de otras variantes como las de Hejl (1984), Morgan (1986), Teubner (1988), Mingers (1994), Von Krogh y Roos (1995). Nosotros consideramos que la variante biológica de laTeoría de laAutopoiesis, desarrollada por Maturana y Varela y centrada en la idea de la autoorganización de lo vivo, es la que resulta de mayor utilidad a la hora de explicar el funcionamiento de una economía territorial como un sistema vivo que se autoorganiza de manera autónoma. Será, pues, dicha teoría nuestro principal marco teórico de referencia. No obstante, la adopción de dicho marco supone adoptar una posición epistemológica a mitad de camino entre el representacionismo y el constructivismo, que es lo que se conoce como el enfoque enactivo y que se basa en la idea de que los fenómenos se manifiestan ante el observador y éste, a partir de ellos, construye interpretaciones de la realidad (Varela et al ., 1991: 202). Desde este punto de vista, nuestra pregunta debiera reformularse de la siguiente forma: ¿qué es para nosotros como observadores un sistema económico territorial? Pero la Teoría de la Autopoiesis, por sí sola, no es suficiente para explicar el funcionamiento de una economía territorial, en la medida en que fue elaborada para sistemas vivos de primer orden (células) y de segundo orden (organismos), y que tan sólo presenta algunas consideraciones sobre los sistemas vivos de tercer orden (sistemas sociales). Dichas consideraciones, incluidas las de Maturana (1985) y las de Maturana y Varela (1985: 154-174) son, a nuestro juicio, insuficientes para explicar en su totalidad el funcionamiento de una economía territorial, por lo que será necesario incorporar elementos propios de otros análisis, en particular, las aportaciones de Morin (1973) sobre bioantropología , de Perroux (1981) sobre el agente , de Foucault (1978, 1980 y 1982) sobre el poder , de North (1990) y Hodgson (1993) sobre las instituciones y de Waddington (1957) sobre las trayectorias evolutivas , entre otros. Así pues, tanto el eclecticismo axiomático ( collage de concepciones racionalistas y posracionalistas) y el eclecticismo epistemológico ( enacción , como vía intermedia entre representacionismo y constructivismo) que inspiran nuestro enfoque, como la aplicación de la Teoría de la Autopoiesis, “la variante más abstracta del pensamiento postmoderno” (Beyme, 1991: 16), permiten catalogar nuestro trabajo como un estudio de Economía Política Postmoderna . No obstante, a diferencia de otros enfoques postmodernos, no negamos la posibilidaddelaexistenciadelconocimientocientífico,sinotodolocontrario;sostenemos el carácter científico de este trabajo en la medida en que buscamos respuestas científicas a determinadas preguntas, entendiendo por respuesta científica una “proposición de mecanismos (sistemas concretos o conceptuales) que en su operar (funcionar) generan todos los fenómenos involucrados en la pregunta” (Maturana, 1985: 4).
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