La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista
Sistemas de interacción, doble contingencia y autopoiesis indexical 253 Por consiguiente, la temática de la doble contingencia debe ser extraída del contexto explicativo que la vincula a la existencia de sistemas preestablecidos de relacionabilidad y referencia, y situada en el centro de la teoría de sistemas que postula el CSO. Este camino de reflexión es el que sigue también la EM, al negar el carácter omnipotente que la sociología convencional le asigna a las normas que “manejarían” la interacción (Pollner, 2000) y convertirían a los seres humanos en “estúpidos culturales” (Garfinkel, 1967: 10). Para ambas direcciones argumentativas, hablar de ego y alter en este sentido significa hablar desde la perspectiva de un potencial abierto de determinación de sentido que se manifiesta en la existencia de por lo menos dos horizontes de alternativas, las que se observan como tales. El problema de la doble contingencia se plantea siempre que un sistema psíquico experimente sentido, pero se ejecuta sólo si se comunica y se convierte en una operación pública y social. Blumer (1982) habla desde el interaccionismo simbólico de autointeracción y autoindicación, pero descuida que ni siquiera sabríamos de ellas si no se “transformaran” en comunicaciones y en lenguaje, las que además no tendrían por qué coincidir necesariamente con las autointeracciones. La “regla de transformación” elemental de las autoindicaciones (Von Foerster, 1986: 89) en unidades comunicativas consiste en ubicar reflexivamente en un contexto conversacional contingente en-construcción-interactiva, las expresiones indexicales adecuadas, para poder ser descritas y puestas a disposición (accountable) como competentes y racionales. Esta descripción algo esquelética tiene que ser rellenada con contenidos. Por ello es que el teorema de la identidad de la EM, hasta ahora insuficientemente valorado, postula una identidad elemental entre lo que se está- haciendo y lo que se-describe que se hace. Esta identidad entre descripción y estar- haciendo, que se plasma en las secuencias de interconectividad de los accounts, realiza la autopoiesis indexical, la que para el observador de primer orden involucrado en ellas, es el punto ciego de su propia observación (Geertz, 1997: 17). Y el enganche central entre la argumentación y el trabajo empírico de la EM y el CSO. Este fenómeno de la doble contingencia es el acompañante de toda vivencia, pero sin la necesidad de ser focalizada hasta que se produzca el encuentro (encounter) con otra persona, no hay posibilidad alguna de observarlo. Para que la doble contingencia cobre existencia temporalizada no es suficiente el simple encuentro, como en la desatención amable de Goffman, sino que es necesaria la experiencia recíproca de por lo menos dos sistemas psíquicos, como posibilidades abiertas indefinidamente y que de algún modo se quieran poner a salvo de la indeterminación, precisamente produciendo indeterminación. Alfred Schütz (1995: 282) formula en tal sentido su conocida tesis de la reciprocidad de las perspectivas, según la cual los actuantes “harían como si” intercambiaran lugares y pusieran en sintonía sus propios sistemas de relevancia. La conclusión de todo este intrincado argumento es la siguiente: todo queda abierto
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