La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista

Sistemas de interacción, doble contingencia y autopoiesis indexical 249 forma definitiva. La observación no es otra cosa que un manejo de distinciones. Sólo en el caso de los sistemas psíquicos, esto se ejecuta por medio de la conciencia que piensa, lo que para los sistemas de interacción que se componen de comunicaciones indexicales contextualizadas, es completamente irrelevante. En el caso de los sistemas parciales de la sociedad funcionalmente diferenciada, ellos recurren, primeramente, a la diferencia entre sistema y entorno en el sistema, que se constituye a través de la diferencia y se repite varias veces dando lugar a la diferenciación de la sociedad (Luhmann, 1998c: 71). Por ello, mientras los sistemas psíquicos sólo pueden temporalizarse, los sistemas sociales tienen además la posibilidad de diferenciarse histórica y particularmente (Nasehi, 1997: 113). Pero en el caso de los sistemas de interacción, hay por lo menos tres factores que bloquean su diferenciación: a) primero, su altísima temporalización y fugacidad; b) segundo, la velocidad extraordinaria en el procesamiento de las informaciones; c) tercero, el carácter imprevisible y contingente de la articulación de los hilos del habla (o, en otras palabras, la estrecha relación entre duración y secuencia). Si todos los sistemas sociales son sistemas que operan con complejidad temporalizada, esta propiedad pareciera ser especialmente significativa en los sistemas de interacción (Luhmann, 1981: 235). En este sentido, Gail Jefferson (1988) ha diseñado unas notaciones de transcripción que permiten reconstruir, mediante métodos de conservación registrada, con bastante fidelidad, cómo dijeron los hablantes lo que hablaron y, sobre todo, cómo hicieron para entenderse hablando de una manera particular. La experiencia de cualquier analista de conversaciones señala que la velocidad con que opera la “mecánica” de los cambios de turno es inimaginable hasta que uno no se confronta con las transcripciones surgidas de registros hablados de conversaciones. El concepto de los sistemas autopoiéticos operativamente clausurados, como lo son los sistemas de interacción, no se opone a que los sistemas sean abiertos respecto de su entorno. Se trata de una cerradura operativa que produce una ampliación de los posibles contactos con el entorno, de un incremento de sus capacidades de contacto por autocontacto, con lo que aumenta la complejidad del entorno posible para el sistema, hace que los temas de conversación aumenten y sean novedosos y obligan, a su vez, a quien quiera comunicarlos conversacionalmente, a la ejecución de “preface” para evitar el ridículo de referirse a un tema que los demás interactuantes ya conocen. Inclusive en sistemas de interacción acoplados al sistema del trabajo social deben ponerse en marcha por lo menos dos “prefacios”, uno que comienza con los rituales de saludo y el intercambio de vaguedades (“qué tiempo horrible el de ayer”, “qué caras que están las cosas”) y un segundo de abordaje de la conversación acoplada al programa respectivo (“Bueno, entonces vamos al grano”, “¿qué le

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