La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista

Sistemas de interacción, doble contingencia y autopoiesis indexical 247 En este mismo sentido, la distinción sistema/complejidad es fundamental para el CSO, en particular en el análisis de los sistemas complejos, resultantes de observaciones de segundo orden. El sistema de la sociedad que no pueda hacer distinciones entre estos dos conceptos, por señalar sólo un ejemplo, no puede acceder a los problemas de la ecología, porque tienen relación con una complejidad no necesariamente sistémica, ya que no está regulada por la diferencia sistema/entorno. La ecología no es un sistema autorreferencial sino que es un sistema producido por observación (Luhmann, 1986), y es, por lo tanto, un entorno observado. No todos los sistemas de interacción usan esta distinción sistema/complejidad, sobre todo los que prescinden de autodescripciones detalladas, pero los sistemas de interacción más sofisticados y ambiciosos, como los de la intimidad, se autoobligan a reintroducir imágenes suyas desde la autoobservación y la del entorno como la unidad de una diferencia (Luhmann, 1990: 196). El tema de la autorreferencia es uno de los fundamentales en este sentido. El hecho de que la ciencia haya abandonado la referencia al sujeto para configurar la tematización de la autorreferencia significa que en el mundo real hay sistemas que son descritos por otros sistemas (Von Foerster, 1986: 87). El concepto de autorreferencia designa la unidad constitutiva del sistema consigo mismo, es decir, independientemente del ángulo de observación de otros, por lo tanto, cuando la observación de la autorreferencia excluye la heterorrefrencia, el sistema bloquea sus propias posibilidades de autoobservación y se convierte en autista. La unidad autorreferencia/heteroreferencia sólo puede realizarse mediante una operación de relación, y esta operación no es otra que el trazado de una distinción: la unidad tiene que efectuarse, y sólo se logra con la distinción por lo que nace de ella (Spencer Brown, 1997). La referencia dice relación con aquello que es propio y se vuelve paradójica cuando se añade la posibilidad de la negación. Cuando no se puede distinguir entre ambas, surgen las paradojas. Paradójico es lo no determinable. Si se mantienen las paradojas, se pierde la capacidad de enlace a más operaciones, si las paradojas persisten, los sistemas se inmovilizan. La autorreferencialidad no es negativa, pero sí lo es si impide la capacidad de enlace, es decir, cuando el sistema se conforma con sus propias paradojas, las pasa por alto y no las usa recursivamente. Por ello, los sistemas complejos que operan autorreferencialmente sólo pueden tornarse complejos si logran desparadojizarse. Hilando un poco más fino, podríamos señalar que los sistemas se debaten entre el autismo y la desparadojización de sus propias paradojas. No obstante, los sistemas de interacción están menos amenazados por la inmovilidad por paradojización, ya que por su plasticidad y permeabilidad, pueden usar metódicamente técnicas de indiferencia y sobreentendimiento para configurar el tramado heteronómico de sus comunicaciones. Además, la alta temporalización de los sistemas de interacción y la fugacidad de sus eventos, les permite huir de

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