La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista
244 Fernando Robles La cuestión es, entonces, ¿cómo se hacen posibles las comunicaciones significativas indexicales sin destruir las alternativas de sentido?. Este “acuerdo mínimo” entre quienes interactúan y dan lugar a la realización interactiva (presencial y audiovisual) de la sociedad, ha sido descrito en detalle por Luhmann y su teorema de la doble contingencia, que aquí nos ocupa. Por su parte, Garfinkel sostiene que los procesos de comunicación en la cotidianeidad se caracterizan por poseer las siguientes propiedades estructurales: a) El sentido de las expresiones habladas (y de las no habladas) en constelaciones socialmente organizadas es vago e incierto. Produce opacidad, pero sólo así satisface. b) La vaguedad y el carácter elíptico y recursivo de las expresiones cotidianas no son considerados como errores, sino que son constitutivos para el uso adecuado y situacional del lenguaje cotidiano. c) Los comunicantes confían en que el otro comprenderá lo que se quiere decir con una expresión y que lo que el mismo momentáneamente no entendió tiene sentido a pesar de todo, lo que podría esclarecer (o simplemente pasar por alto u olvidar) en el curso de la conversación. La vaguedad que debiera producir incertidumbre es entonces un elemento constitutivo de la fabricación de la confianza en la interacción humana, y es fundamental para la reproducción de las observaciones de primer orden. Procurando deliberadamente exponer la descripción anterior de manera provocativa e irritante: la EM sostiene que en los sucesos de interacción acontecidos en el lenguaje mundano de la cotidianeidad, la certeza estructural del sentido de las expresiones es una condición constitutiva para la certeza de sentido y por lo tanto, también para la experiencia y la acción significativas. Esta conclusión aparentemente sorprendente, no es privativa de la reflexión de la EM. En efecto, una tradición completamente distinta como la segunda filosofía de Ludwig Wittgenstein, sostiene que esta relación aparentemente paradójica entre irresolución y certeza tiene una solución práctico-recursiva en sí misma porque si “donde hay sentido debe haber completo orden... Entonces también tiene que haber orden completo en la frase más vaga” (1980: 63). � �� ��� ������� ����� ������� A lo que Spencer Brown agrega: “Distinction is perfect continence. That is to say, a distinction is draw by arranging a boundary with separate sides so that a point on one side cannot reach the other side without crossing the boundary” (1997: 1). De manera que, tal como la vaguedad cataliza sentido y produce comunicación, la distinción que se ejecute, dé o no lugar a la forma, es continencia perfecta. Por tanto, sólo en el marco de una compresión chata y limitada que desatienda la inmensa heterogeneidad y temporalización de los sistemas de interacción, que se sustente sobre premisas de univocidad, completitud y objetividad en las expresiones
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