La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista
Sistemas de interacción, doble contingencia y autopoiesis indexical 243 importantes en lo que respecta a la solución del problema de la apertura pragmática al futuro de las expresiones cotidianas, a saber “what to do next”, pues la estructura indexical de las acciones prácticas transpone el imperativo de selectividad de los sistemas de interacción a un nivel diferente. En efecto, si hasta ahora en la sociología convencional había sido posible representarse el proceso de significación (o composición y asignación de sentido) como un procedimiento automático e indeliberado, en el cual se activan unidades de significación claramente delimitadas que provienen de un horizonte lexical culturalmente delineado, las que además se organizan gramáticalmente y que representan semánticamente los componentes de la situación decisional, esta imagen ahora resulta ser claramente insuficiente. Consecuentemente, para poder echar mano a la función selectiva del sentido en las decisiones entre alternativas de comunicación, antes que todo se debiera echar a andar el proceso decisional entre alternativas de significación (o asignación de sentido) No obstante, la indexicalidad permanente de lo que acontece conversando-comunicando, obliga a los que interactúan a remitirse permanentemente al contexto comunicativo en curso (y en constante transformación) y en uso, con la consecuencia de que la decisión entre alternativas de selección significativas en los sistemas de interacción deba ser mantenida necesariamente flotando. El destinatario de expresiones indexicales no dispone a priori del mismo conocimiento contextual que usa un hablante al hacer uso de expresiones indexicales, sin percatarse de ello y que presupone como conocidas. El hablante tampoco tiene por qué servirse de las mismas distinciones que su interlocutor(es) para ejecutar procesos de asignación de sentido (selecciones lexicales discriminantes), lo cual es también válido para quien las interpreta (Coulter, 1999). El conocimiento que cada uno de los interlocutores posee del contexto pragmático de la situación comunicativa puede ser completamente disímil, y de hecho es habitualmente así. Esto tiene como consecuencia que si no se puede presuponer ni atribuir a los agentes sociales un consenso cognitivo que genere la necesidad de significados compartidos, entonces cualquier decodificación de componentes expresados indexicalmente debe arrojar resultados inciertos. Frente a esta constante situacional, los interactuantes-hablantes en los sistemas de interacción están prácticamente obligados a prescindir de cualquier asignación rígida o inamovible de sentido, si no quieren exponerse sistemáticamente a malos entendidos y decepciones. Con ello, sin embargo, parece configurarse una situación altamente paradójica e insalvable, porque a pesar de todo los interactuantes deben poner en práctica ciertas actividades de selección para dar respuesta a la cuestión de “qué hacer ahora” o, como dice la fórmula de W.I. Thomas, deben lograr poder definir la situación, pero además y al mismo tiempo deben mantener abiertas las diversas posibilidades de interpretación que se derivan de los elementos indexicales de una expresión para poder abrirse al futuro.
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