La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista

Sociología del método 213 probabilidades de surgimiento en altas probabilidades de mantención (véase supra). Sin embargo, más apropiado al modelo estocástico parece ser la pregunta acerca de las selecciones que en ese contexto tienen lugar, antes que aquella improbable de la disolución de la economía como atractor determinista que genera una dinámica compleja. Con ello, las reglas iniciales deben ampliarse, pues no se trataría sólo de comprar y vender, sino también de qué se compra o vende, o qué se decide o no se decide en el espacio político o jurídico, lo que policontexturaliza el modelo. Las alternativas frente a eso son dos: o el modelo se ajusta a lo observado, lo que supone equilibrio en el proceso, o no, con lo que habría que pensar que el proceso estocástico no-lineal es inestable, o dicho de otro modo, atractores extraños están presentes (Faber y Koppelaar, 1994): esto abre las puertas para observar acoplamientos estructurales o procesos de desdiferenciación de sistemas. La pregunta sigue siendo, en estos casos, qué se debe observar para la construcción de modelos. Tradicionalmente quienes han aplicado estos modelos lo han hecho tomando a los individuos como elementos sujetos a las reglas de modelación diseñadas por el “investigador-experimentador”. 43 (Smith, 1995). En el caso de sistemas funcionales, más bien habría que enfocarse en los componentes de la complejidad: elementos y relaciones (Luhmann, 1997: 134). Elementos son selecciones sistémicas provenientes de la dimensión social en forma de temas y programas de comunicación acoplados a medios simbólicos. Las reglas de iteración sistémica están dadas en la dimensión objetiva a través de las distinciones constituyentes, las que por cierto pueden ser extraídas etnometodológicamente para luego ponerlas a operar en el modelo y ver cómo iteran con independencia del hablante, es decir, en su orden emergente; y la propia iteración, es decir, las relaciones entre elementos y las relaciones entre relaciones, se expresan en la dimensión temporal. Por ello, la modelación de estos procesos debe ser entendida como la formulación en abstracto de eventos empíricos, aunque no individuales, 44 35 , y no como la explicación de ellos o la prueba empírica de la teoría. En este sentido, como ha sido dicho, lo particular de la modelación para la teoría de sistemas está en la captura de la emergencia, no en la comprensión del gemeinten Sinn para cada participante, aunque los propios participantes no tienen por qué ser excluidos de la modelación. Esto es precisamente lo que se obtiene a través de las simulaciones computacionales del agent-based modeling y la cellular- automata theory. 45 36 . Mediante ella es posible describir cómo la coordinación de agentes (personas, organizaciones) sometidos a reglas simples de alcance local constituyen 44 H. White, expresando su entusiasmo en la teoría de los nodos para la modelación en ciencias sociales, sostiene: “Sin personas presupuestas como actores, la atención necesariamente cambia hacia la confluencia de procesos-en- relaciones observables […] una persona puede llegar a ser vista como un knotted vortex entre redes sociales” (White 1997: 59-64). 45 Una forma distinta de modelación mediante notación lógica es la denominada logic-based approach , que intenta describir la dinámica sistémica mediante el uso de reglas de producción con base en variables libres interpretables de distinta manera en distintos contextos. Esta es una forma aún en diseño, por lo que poco se puede decir acerca de ella. Sin embargo, dada su orientación semántica, sus formulaciones parecen por ahora apropiadas a contextos de interacción indexicales. Véase Krivov, Serguei, Anju Dahiya y Jaweed Ashraf (2002).

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