La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista
La Teoría General de Sistemas y su aporte conceptual a las ciencias sociales 21 se llaman a sí mismos) que no son realistas. Bertalanffy habla desde la epistemología de la ciencia más fuerte en su época. Para clarificar las diferentes posturas, el mismo Bertalanffy nos señala que la visión de mundo mecanicista es la concepción de que todos los fenómenos son, en último término, agregados de acciones fortuitas de unidades físicas elementales. Por cierto que, como biólogo sistémico, él no está de acuerdo con las posturas “biologicistas”, que reemplazan la física por la biología, siendo más de lo mismo. Cercano a la postura mecanicista, se encuentra el fisicalismo, que plantea que toda la ciencia debe al final basarse en el modelo de la física, especialmente en su lenguaje técnico. Así, todos los fenómenos naturales y humanos pueden ser explicados como variaciones de los principios físicos y la descripción de los mismos se puede hacer en un lenguaje formal matemático. El mecanicismo y el fisicalismo han mutado hasta nuestros días. De lo anterior, tal vez para el lector de principios del siglo XXI lo más sorprendente sea el vitalismo. En palabras deBertalanffy, el vitalismo es esencialmente el intento de explicar la direccionalidad de lo orgánico por medio de la persecución inteligente de un objetivo. Hasta ahí no suena nada extraño, pero si miramos con atención el vitalismo, éste plantea que el fenómeno de la vida no puede ser explicado por causas naturales (físicas, químicas o biológicas), sino por una vitalidad a su interior. ¿Qué es esta “vitalidad”? La palabra más cercana sería alma. Es “algo” que se encuentra en células, árboles y personas (cualquier fenómeno orgánico), que le da su fuerza y dirección. Pues bien, este es gruesamente el contexto de la ciencia a mediados del siglo XX (no hace mucho, si se nos permite decirlo): o bien los científicos seguían orientando su trabajo con base en la tradición filosófica clásica, o bien empezaban a sospechar que se podía construir una ciencia rigurosa. Por esta última palabra, se entiende una definición que clarifique cuándo estamos en presencia de un conocimiento científico y cuándo no estamos frente a él. Esta última misión es la que el empirismo lógico tomó como su propósito en la vida. Se puede resumir la propuesta del empirismo lógico como la solución al problema de la demarcación. Por este concepto, ellos querían decir que se podía diferenciar entre la ciencia y la no-ciencia. En un lenguaje contemporáneo, su misión era trazar la distinción del conocimiento científico. Para lograr su objetivo, pensaron que un elemento clave era “ordenar la casa” llamada ciencia. No se refiere esto a catalogar los muebles y cuadros de nuestra casa (listado de conocimientos acumulados), sino a saber qué hace que nuestra casa sea una casa y no otra cosa (como un edificio o una choza). Concluyeron que para ello, debían construir un lenguaje sin ambigüedades. Por ejemplo, había que partir de responder preguntas como las siguientes: qué es una hipótesis, qué es una ley científica, cuál es la
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