La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista

198 Aldo Mascareño partir de ella. Que a pesar de eso la sociedad cambie, es un indicador claro de que ella no es una “guarida de la obediencia” ( Gehäuse der Hörigkeit ) en el sentido weberiano y que, de un modo fundamentalmente temporal, lo que se le propuso a un amigo tomando un café puede estar en el origen de una gran transformación social (suponiendo que esas cosas pasan…). Finalmente, los propios individuos pueden tomar parte en distintas interacciones, no a la vez pues la interacción exige presencia, pero si consecutivamente: se puede salir con la amante un sábado en la noche y volver el domingo en la mañana a comulgar en la misa. De cualquier modo, la relación de un nivel de formación de sistema con otros no es de inclusión- continencia, sino de acoplamiento; un tipo de sistema no está dentro de otro, por más que las organizaciones tengan paredes y techo. Se trata de comunicaciones con características distintas y las comunicaciones sólo pueden acoplarse y coordinarse, pero no absorberse (los hegelianos podrían cuestionar lo siguiente, pero: no hay Aufhebung ; toda Aufhebung es una nueva comunicación). Si todo esto es así, entonces la pregunta metodológica es si investigando la interacción se puede acceder, primero, a la dimensión evolutiva de la sociedad y, segundo, a lo que se pone en juego en los otros tipos de sistema, específicamente en la organización y en el sistema funcional. Mi respuesta es no. En lo que sigue digo por qué no y entrego la alternativa. 5. Basquetbol sí, futbol no Es probablemente en el plano de la interacción donde la investigación sistémica haya encontrado algún desarrollo, originalmente en el barroco estilo de Jesús Ibáñez (Ibáñez, 1991), y más recientemente a través de los esfuerzos de Fernando Robles por conectar la tradición etnometodológica con la investigación sistémica (Robles, 1999, 2004). En el análisis de Ibáñez relativo a la crítica de la encuesta estadística y el rescate de la conversación, es posible encontrar buena parte de las premisas epistemológicas de la investigación sistémica que han sido reseñadas más arriba 35 . 27 . Ibáñez parte del teorema de la distinción de Spencer-Brown, de la autopoiesis del sistema que conversa en el nivel de la interacción y de la inclusión del observador en el sistema que observa, es decir, de la propia re-entry del investigador y de la contextura que produce su observación de segundo orden (Ibáñez, 1991: 74). Los problemas comienzan cuando se sitúa el fundamento de toda investigación social en dimensiones ad hoc del lenguaje: “Un análisis del lenguaje permite separar un componente semiótico (lo que hay de fuerza en el habla) y un componente simbólico (lo que hay de significado en el habla) [...] y permite separar en el componente simbólico una dimensión referencial o deíctica (el lenguaje apuntando a la realidad 35 Véase supra secciones 2 y 3.

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