La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista
194 Aldo Mascareño por otras leyes y el cual no puede ser reducido por las leyes de los dominios duales. Si no incorporamos este tercer dominio explícitamente en nuestro campo de visión, nos forzamos a nosotros mismos a encontrar maneras de evitarlo (como ha sido tradicional) y a confrontarlo cuando aparece de forma paradójica (Varela, 1975: 19). Las preguntas son ahora si la policontexturalidad es relatividad o solipsismo y si el lenguaje y la conversación son las fuentes desde donde toda esta complejidad paradojal del mundo puede ser leída. 4. La secretaria del jefe Sea que se observe esta problemática en términos de policontexturalidad a la Günther o como autonomía de la distinción de dos valores por la introducción de un tercero que indica la autorreferencia de la distinción en la línea de Varela, va quedando claro que el sustrato medial del sentido es iterable, así como lo es, paralelamente, la forma de la comunicación que actualiza sus posibilidades. Sin embargo, la evolución ha generado estructuras de normalización de la comunicación mediante la formación de sistemas en torno a medios de comunicación simbólicamente generalizados que acoplan las expectativas de distintos observadores y los hacen —con todo el respeto que merece la contingencia abierta del futuro— ‘predecibles’; es decir, por ejemplo, es altamente improbable que las contiendas electorales se comiencen a decidir en favor del candidato que corre más rápido los 100 metros planos porque el sistema político ha diferenciado ya determinados mecanismos y construido semánticas particulares para resolver este problema. No se excluye que esto llegue a ser de otro modo, pero que así sea depende de la evolución, no de los acuerdos de los individuos por hacerlo de ese modo. La evolución puede ser definida como la transformación de bajas probabilidades de surgimiento en altas probabilidades de mantención (Luhmann, 1997: 414). Si la construcción de sentido es relativa al observador, si es différance (Derrida), policontexturalidad (Günther), re-entry (Spencer-Brown) o doble contingencia (Luhmann), cobra sentido la pregunta cómo es posible la sociedad, o más precisamente cómo es posible referir a algo que pueda ser por todos definido como ‘sociedad’. Eliminando desde ya la presencia de un horizonte compartido, sea en términos de cultura, valores, comunidad de destino o algo por el estilo, que por todo lo que se ha dicho en las páginas anteriores, no se puede presuponer como único, las alternativas frente a la evolución son dos: (a) algo se diferencia (variación), se acopla a las estructuras existentes (selección) y la comunicación comienza a presuponer constantemente la existencia de la nueva estructura para la realización de la función (reestabilización); (b) algo se diferencia (variación), no logra acoplarse a las estructuras existentes (selección) y la comunicación olvida con el tiempo la
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