La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista
148 Julio Mejía De acuerdo con lo anterior, la observación de los investigadores no es totalmente objetiva: toda observación remite a sujetos, partes integrantes de la sociedad y la propia realidad se encuentra en ellos. Aquí los sujetos son observadores, indagan la realidad con la intención de moldearla. La observación de primer orden implica sujetos cotidianos que reflexionan sobre la realidad, tienen un conocimiento de sentido común de la vida social y de acuerdo a ello actúan sobre la propia sociedad. Es decir, las personas describen y explican el mundo social y las características de la sociedad se autorrealizan por su cotidianeidad y adhesión motivada de las personas a tales reflexiones de fondo (Wolf, 1994: 133). Los sujetos de primer orden son observadores que procesan información y generan conocimiento que les permite relacionarse en la sociedad. Como operación cognitiva, la observación es un manejo de esquemas de distinción que le permite consignar en un sentido u otro y hacer del mismo el horizonte de sus acciones y experiencias. Toda observación está cargada de teoría, de esquemas de distinción. Las observaciones nunca son pasivas, no definen sólo la existencia de realidades objetivas y externas, ni el sujeto se reduce a ser unmero espejo que la refleja. Nunca observamos todo lo que pudiéramos ver, siempre hay una elección y construimos el objeto que observamos, seleccionamos lo que tiene significación en el marco de referencia de que disponemos. La intención, interés o deseo con que observamos los fenómenos imprimenunsentidoalarealidad,quesemoldeaconelconocimientodequedisponemos (Martínez, 1997: 44-49). La observación es resultado de dos acciones. Primero, el proceso de la observación no se reduce sólo a sensaciones y percepciones sino también implica la presencia activa de esquemas teóricos que permiten seleccionar el dato que viene de la realidad. Segundo, la dinámica de la observación no es una simple lectura del dato mismo sino que, principalmente, tiene significación en las estructuras teóricas previas en las cuales se inserta y cobra sentido (Bourdieu 1996: 134). Se observa la realidad externa como una interpretación estructurada que posee significación. Toda observación representa una interpretación, es parte de un esquema o marco de referencia que le da sentido; como factores estructurantes de pensamiento, es un horizonte previo. Los sujetos interiorizan espontáneamente la objetividad social. Por otra parte, los esquemas de distinción se derivan de los sistemas sociales, son un conjunto de relaciones sociales interiorizadas en forma individual bajo la forma de esquemas mentales de representación, apreciación y acción (Bourdieu, 1996: 134). La misma cultura de una época es la que autoproduce esquemas de distinción, genera sentido mediante la preservación estructurada de normas y valores fundantes, actúa como límite a la acción individual. De ahí que el conocimiento no sea resultado exclusivamente de un producto mental intrínseco del observador, responde a esquemas de distinción que él mismo ha producido y es resultado de la sociedad en la que habita, con estos sistemas de distinciones los observadores actúan cotidianamente en la realidad social (Santibáñez, 1999: 6).
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