La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista

Lineamientos para una Teoría Sistémica de la Cultura 113 elector, la referencia externa del sistema al interior del sistema (Torres 2004). El público elector en una política democrática moderna que no opera por aclamación sino por elección es cada vez menos masa y cada vez más individuo. El constante recurso a las encuestas de opinión por parte de la política para tomar decisiones y reorientar sus programas confirma esta consideración del público elector como agregación de individuos diferenciados y no como masa unitaria. La diferenciación semántica crecientemente relevante en la política latinoamericana de “problemas de los políticos/problemas de la gente”, reintroduce también esta semántica de la individualidad en la comunicación política. La tendencia de esta semántica no parece dar muestras de retroceso en la comunicación política en años próximos, más aún si las tendencias a la desterritorialización y la globalización llevan a una creciente pérdida de vínculo comunitario. La semántica de la individualidad es uno de los ejemplos que podemos rescatar para perfilar el concepto de cultura en la teoría de sistemas . Así como ésta operan también otras semánticas –materialidad de mundo, causalidad lineal, separación sujeto/objeto, linealidad temporal, entre otras– de manera similar a la individualidad. No hay espacio aquí para desarrollarlas, pero sobre ellas se alzan los fundamentos de nuestra cultura moderna, los que reducen las diferencias a lo que hemos descrito aquí como la unidad de la cultura. Post Data Una de las mayores críticas que ha recibido la teoría de sistemas sociales desarrollada por Niklas Luhmannn apunta a su aparente falta de compromiso con los problemas sociales que enfrenta la sociedad contemporánea. A nuestro juicio, ello es resultado del carácter no normativo de la teoría de los sistemas sociales lo que, a su vez, es producto del profundo afán de rigor científico al que aspira Luhmann. El autor desconfía de las propuestas idealistas que terminan ahogadas en las consecuencias inesperadas de las propias soluciones planteadas 14 (Navas, 1989). Nosotros desconfiamos también; lo que no es equivalente ni a una indiferencia social ni a una renuncia a que, junto a un propósito explicativo científico pueda abrigarse, además, un afán de contribuir a enfrentar la crisis en la que se auto-observa la sociedad contemporánea. Desde la perspectiva que hemos desarrollado, podemos sostener que el concepto de cultura no sólo permite la descripción de la unidad de la sociedad, sino que, además, resulta particularmente importante para la intervención social, en cuanto capta los problemas auto-observados por la sociedad en su dimensión semántica. Ello puede dar sustento a una teoría de la intervención social de base semántico-sistémica, capaz de hacer frente a las dificultades que opone la sociedad 14 Al respecto ver la discusión sobre el tema en el texto de Alejandro Navas: La teoría sociológica de Niklas Luhmann (Navas, 1989: 359-484).

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