La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista

112 Cecilia Dockendorff diferentes sistemas funcionales, como histórica, que identifique aquella constelación de semánticas nuevas que se sedimentaron en un período de particular aumento de variaciones, las que, desplazando a las que hasta entonces cumplían una función estructurante, dieron origen a la matriz cultural moderna (Dockendorff, 2002). Sólo con fines ilustrativos, para ejemplificar lo que hemos venido sosteniendo, podemos tomar una de las semánticas sedimentadas de alta abstracción y generalidad que conforman la matriz cultural moderna y observar su desplazamiento en los distintos sistemas funcionales (Dockendorff, 2002). Con ello debería quedar claro que estas semánticas estructurantes, si bien operan con transversalidad a los sistemas, no tienen los mismos resultados en cada uno de ellos, pues la propia semántica sistémica las adapta a la evolución de sus semánticas propias. La semántica de la individualidad es una de las selecciones estructurantes de alta abstracción y máxima generalidad que están en la base de la semántica de las distintas conformaciones sistémicas en la sociedadmoderna. En el campo económico, por ejemplo, la individualidad juega un rol fundamental sin el cual el concepto de propiedad en su versión moderna tendría poco sentido. Por cierto se puede hablar aún de propiedad colectiva, pero ella está restringida a espacios premodernos o a los cada vez más escasos bienes públicos. Sin la noción de propiedad en un sentido individual, la doble circulación económica (bienes y servicios en un sentido, dinero en otro sentido) carecería de fuente dinámica: si la propiedad no es de “alguien” entonces no hay razones para pensar en su intercambio por dinero. Se puede decir así que la semántica de la individualidad está en la base de la diferenciación del sistema económico moderno. La semántica de la individualidad también está profundamente arraigada en la semántica del sistema jurídico, especialmente en uno de los logros evolutivos más importantes de la sociedad moderna: la noción de los derechos subjetivos. Contraria a la forma del derecho arcaico fundado en la comunidad , el derecho moderno desde Kant se asienta en la noción de la autonomía individual, una autonomía privada que se funda más bien en la autonomía moral de la persona . Las ideas de autorrealización y autodeterminación fomentan la libertad y autonomía del individuo en los proyectos de vida, aunque simultáneamente las formas de convivencia se vuelven reflexivas y se imponen orientaciones valorativas de tipo universalista. Las leyes públicas aseguran esta reflexividad a condición de un procedimiento democrático que exprese la voluntad o el acuerdo racional de los individuos, los que, de todos modos, se mantienen originarios. Toda la técnica jurídica moderna está sostenida sobre esta noción de autonomía individual que funda los derechos subjetivos. En la política moderna la semántica de la individualidad adquiere también un rol central. Los entornos internos de la política democrática moderna son básicamente tres: la Administración, que se encarga de la distribución de poder mediante cargos, los partidos políticos, organizaciones de acceso y lucha por el poder, y el público

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