La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista

Lineamientos para una Teoría Sistémica de la Cultura 103 de él, los elementos que lo componen —o los conceptos que describen sus aspectos parciales—, pierden el sentido que los vincula y los integra en una realidad emergente que no es la mera sumatoria de éstos. Las semánticas sedimentadas de las que consta una cultura constituyen una constelación coherente, esto es, mantienen una unidad de sentido entre sí. Al igual que el lenguaje, en tanto idioma, que no es nunca el mismo en las distintas localidades, grupos humanos, niveles socio-económicos, ámbitos de conocimiento, niveles educacionales o épocas históricas, la cultura también permite una gran variabilidad. Correspondientemente, así como cada idioma, por mucho que varíe según su uso en diferentes ámbitos de la sociedad, es reconocible y mantiene su unidad, también la cultura es observable en su unidad. Tal unidad es posible de ser reconocida aun en la sociedad moderna donde las semánticas se multiplican y no son reductibles a principios o valores centrales. Incluso si aceptamos con Derrida que la sociedad contemporánea es un todo iterable sin unidad de sentido (Derrida, 1989), podemos observar una unidad a través del concepto de cultura, aun en la sociedad moderna. El punto oscuro de la teoría de sistemas sociales que pretendemos iluminar con el concepto de cultura que construimos, nos permitirá explicar cómo entendemos la siguiente expresión de Luhmann: “operamos en la telaraña que se teje al operar nosotros dentro de ella” (Luhmann, 1996a: 101). Comprendemos la telaraña como aquella reducción del sentido que se forma a través de semánticas sedimentadas. Así, los sistemas sociales que componen la sociedad no estarían operando en el horizonte total del sentido sino en una reducción de éste. Podemos decir así que la sociedad “opera” en la telaraña de la cultura. Las operaciones son, obviamente, comunicaciones. Así, la telaraña de la cultura, a la vez que establece los límites del sentido para una sociedad y época determinadas, se forma a partir de las propias comunicaciones seleccionadas por la sociedad. 4.2. Cultura: un programa de observación de la unidad de la diferencia El énfasis en destacar el papel unificador a nivel de la sociedad por parte de las semánticas sedimentadas, no significa desconocer el proceso de creciente diferenciación sistémica, la autonomía de los sistemas funcionalmente diferenciados ni el papel de los medios de comunicación simbólicamente generalizados en la probabilización de la comunicación. Tampoco implica una visión que establezca jerarquías de sistemas ni valores centrales. Implica reconocer la función estructurante de selecciones sedimentadas a diferentes niveles que actúan como limitantes de posteriores selecciones en los diversos sistemas funcionalmente diferenciados. Entendemos por función estructurante aquella capacidad para orientar la comunicación que logran las semánticas sedimentadas, algunas de las cuales

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