Epistemología de las ciencias sociales: breve manual
Jorge Gregorio Posada - La Subjetividaden las Ciencias Sociales, unacuestiónOmológica... anotado, el relativismo yel subjetivismo conducen a las investigaciones por la senda de la irracionalidad, pues niegan el principio de no contradicción, y si las investigaciones en ciencias sociales son relativistas y subjetivistas, son por tanto irracionales. Este desenlace fatal para las ciencias sociales puede fácilmente desmoronarse si hacemos un buen uso de la filosofía en tanto instrumento de análisis conceptuaL Como mencionamos al principio de este escrito, la filosofía en tanto análisis conceptual permite abordar los problemas que aquejan a otras ciencias, facilitándoles el desarrollo. No se trata de que la filosofía sea simplemente la sirvienta de la ciencia, sino que las ciencias puedan servirse de la filosofía, que entren en la casa de la disciplina que tiene como objeto de estudio el análisis conceptual, y utilicen los dos bienes precisos que la filosofía puede brindar: El primero, una larga tradición de análisis y crítica de los conceptos fundantes para la experiencia humana, tanto cognitiva como vitaL Y, segundo, el mismo instrumento de que se ha valido ella para construir su tradición, el instrumento del análisis y de la crítica racionaL Ahora bien, si realmente cuando la filosofía abandona su casa y se inserta en el terreno de la ciencia, poniendo al servicio de ésta sus dos bienes preciados, funge como una sirvienta, nada más virtuoso para la filosofía, pues como lo sugieren Sócrates, Jesús y Einstein, el verdadero valor de la vida humana, y añadamos, de los productos humanos, depende de en qué medida se dirijan las acciones, pensamientos y sentimientos al servicio de los demás. De ahí que, si la filosofía se pone al servicio de los demás, es realmente valiosa. Retomando el asunto que desvirtúa las investigaciones en las ciencias sociales por relativistas y subjetivistas, encontramos que tal descrédito se debe a una confusión conceptual, o lo que en filosofía se llama errores categoriales, es decir, imprecaución en los usos de los niveles del discurso. Es un error categorial, por ejemplo, decir que las cosas son verdaderas; afirmar que esta silla es verdadera es un error. La silla es simplemente un hecho del mundo, y los hechos son los hechos; lo que es verdadero o falso son los enunciados o las proposiciones que describen los hechos. Del enunciado "la silla es de madera" sí puede decirse que es verdadero o fulso, pero de los hechos como tales, de la silla como tal, no se puede afirmar que es verdadera o falsa, pues hacerlo sería un error categorial.
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