Epistemología de las ciencias sociales: breve manual

Ulises Toledo Nickels - La Epistemología según Feyerabend con voluntad humana y acontecimientos históricos han sido los ingredientes que han confluido para obtener buenos resultados. La ciencia, cuyos estándares han sido reiteradamente violados y sin embargo ha logrado éxito, prueba que no hay reglas uniformes que conduzcan de manera inexorable a una única solución correcta. Los estudios de casos también obligan a admitir que las teorías que parecen haber sido superadas o falseadas no deberían ser excluidas del desarrollo del juego del conocimiento porque su potencial heurístico no ha sido explorado en su integridad y, en otro momento, pueden volver a convertirse en un relevante incentivador de investigaciones fructíferas; del mismo modo, la validez factual de una teoría no debe absolutizarse, porque las teorías científicas están construidas sobre un océano de anomalías, y, quizás, a la luz de nuevos descubrimientos se deban descartar. La proliferación de teorías que aprovechan sus oportunidades, esperan su momento y siempre compiten incesantemente es parte de la nueva perspectiva anarquista del conocimiento que propone Feyerabend. El anarquismo epistemológico es resultado de las insuficiencias de la lógica interna de la ciencia y del formalismo metodológico; el criterio demarcatorio sustentado en el ámbito de la justificación ya no es capaz de resolver la cuestión del desarrollo, sucesión y reemplazo de unas teorías por otras y, a su vez, la base empírica ha visto reducida drásticamente la importancia que se le atribuía; hasta ahora, se sostuvo la primacía del ámbito interno pero eso no ha sido más que una maniobra para proteger una concepción ideologizada de la ciencia; la ciencia real opera bajo las condiciones del contexto del descubrimiento, es decir, en el ámbito de la lógica contextua! de una comunidad históricamente situada. Por consideraciones como estas, Feyerabend estima que la propuesta de Popper es insuficiente; su análisis elude los problemas fundamentales y, por lo mismo, no constituye una crítica auténtica: "...nunca va dirigida a la ciencia como un todo e ..) la mayoría de las veces, dicha crítica se dirige, o bien contra filosofías rivales, o contra desarrollos impopulares dentro de las ciencias mismas: procura evitarse siempre cualquier conflicto con la corriente principal de la ciencia"(64). Feyerabend, en cambio, sostiene que una crítica auténtica debe abordar la racionalidad científica en sí misma, porque la evidencia histórica

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