La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis
57 Pero también el otro aspecto de la isla, aquél que es recalcado por Ulises cuando retorna, aparece en esta visión desde lo alto: allá abajo se mueven morosamente los bueyes ―marcando el pecho fructuoso de la tierra‖. Mucho tiempo después, en las profundidades del África, recordará también el aspecto agrario de su isla: Toda su patria lejana, los viñedos, las praderas siente que lleva en su interior... La partida significa despegarse de la tierra, romper el cordón umbilical que a ella une. La amargura, el dolor, son intensos. Pero es más fuerte el impulso que lleva a tomar ―el camino del mar‖, que ahora es sin retorno. Al partir la embarcación para el nuevo viaje, el artista del grupo, el músico Suralis (Orfós), toca en su flauta una melodía, mientras Odiseo se ―arranca de raíz la patria‖: Y el visionario Suralis escuchaba a la patria llorar como una mujer que en la arena abandonaron y que apedrea a las olas con su amargo dolor 100 . Se desciñó la flauta y empezó a tocar un aire rápido; soplaba exorcizando, creerías, como borroso fantasma, a la pálida patria que en la playa yace acariciada-por-el-sol. En silencio, maniobrando el gobernalle hacia fuera de tierra, / lentamente ovillaba Odiseo la patria en su pensamiento; desarraigaba las casas y los montes, los árboles, el puerto; y todo resbalaba y con ímpetu caía hacia el abismo de la mente; la isla entera arrancó de raíz y bebió de golpe la memoria. Cuando el mar quedó vacío y en sus ojos desapareció la / tierra patria, una intensa amargura lo embargó; flaquearon sus entrañas: ―Nunca más la hemos de contemplar con nuestros ojos; era un pájaro pequeño y ya pasó; un juguete y se quebró; un ramito de albahaca y cayó de nuestra oreja‖ 101 . 100 En la poesía popular, una forma de expresar dolor es apedrear al río o al mar a cuya orilla está el doliente. 101 Ibídem, III, 39-54.
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