La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis

55 supe que soy humana verdad 96 . Borges eleva la isla a símbolo o imagen del arte, y la imagina con los calificativos de verde y humilde, y luego aplica a la perennidad del arte ese matiz de color, normalmente asociado a la vegetación: Cuentan que Ulises, harto de prodigios, lloró de amor al divisar su Itaca verde y humilde. El arte es esa Itaca de verde eternidad, no de prodigios 97 . Para Cecilia Balcázar, Itaca ha viajado junto a Ulises. Nunca se han separado. La isla siempre estuvo al lado del héroe errante, estuvo en su propia barca. Aquí, Itaca es la que habla al navegante: Ulises, Odiseo hasta la orilla del amor llegaste llegamos confundidos a tu lado yo anduve en múltiples periplos en espera paciente contigo en el tumulto y esperándote contigo en fragorosa travesía en idílicos campos en eglógicos huertos contigo y esperándote en el mismo navío 98 . En el poema de Kazantzakis, la segunda partida de Ulises, el abandono definitivo de su isla pareciera convertir el nuevo poema en una anti-Odisea. una anti-Itaca Pero en la realidad poética, Odiseo no ha perdido el amor por su tierra. Más que a su isla, es a su hogar, su entorno, al que siente estrecho y hasta asfixiante. Se siente desilusionado de su pueblo y de sus parientes. El 96 O. G. Ramos, La Odisea Un itinerario humano , p. 163. 97 J. L. Borges: Arte poética . 98 "Itaca", en P. Lastra/R. Kappatos: Presencia de Grecia en la poesía hispanoamericana , Santiago, 2004, p. 238.

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