La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis

47 Apiádate de mí, que está enfermo mi hijo y los perros aúllan: ronda Caronte por las vecindades y otro hijo no tengo. El Epílogo entero no es sino una variación sobre un miroloï en el cual la madre pide al hijo muerto que regrese, ofreciéndole la cena y el lecho que ha preparado para él. El niño contesta diciendo a la madre que ella disfrute de aquellas cosas, pues él ya no podrá hacerlo jamás. Aquí es el sol el que rechaza los presentes de su Madre Tierra, pesaroso por la desaparición de Odiseo: Madre, si tienes merienda, cénala, y si tienes vino, bébelo; si tienes lecho, en él tiende tus dilatados huesos; ya no quiero, madre, beber vino, ni tocar pan... A veces podemos hallar en la poesía popular el origen de motivos extraños. Por ejemplo, la curiosa metamorfosis de Caronte en una gran mosca, en la rapsodia XXVIII, fue tomada de un canto popular cretense: Bajo la orilla del cielo, en los confines del mundo, una torre de hierro levantan, para esconderse de la Caronte. Pero Caronte se vuelve una mosca y entra por la ventana... Entra Caronte y alancea a todos los valientes. En el ensayo "Caronte en la Odisea : supervivencia y metamorfosis", se encontrará varios ejemplos más de utilización de cantos demóticos. El tema requeriría un estudio especial que sería muy extenso. La Odisea: el epicismo y el existencialismo «Creo que toda mi alma, toda la llama y la luz que he podido hacer brotar de la materia de la que estoy moldeado, se expresan en la Odisea », decía KazantzakiS en carta a Börje Knös 77 . En correspondencia anterior, había afirmado al mismo neohelenista: «Me siento feliz de que usted se haya sumergido valerosamente en ese mar azul, la Odisea . Desde el punto de vista de la forma poética y del contenido filosófico, la Odisea representa la cima más elevada que he podido alcanzar , después de los esfuerzos de toda una vida» 78 . Y en carta al traductor al inglés Kimon Friar, el escritor, coincidiendo con el juicio 77 Carta de 21.6.1954, cit. por Heleni Kazantzakis: Le Dissident , p. 538. 78 Carta de 14.6.1947, cit. por H. Kazantzakis, op. cit., p. 477.

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