La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis

33 Pandelís Prevelakis, por su parte, en el extenso estudio El poeta y el poema de la Odisea 57 , desarrolla el tema de lo trágico en la obra máxima de Kazantzakis. Centra todas las notas que caracterizan a Ulises en el poema —y que van apareciendo a medida que el peregrino intenta nuevos caminos vitales— en la del hombre sin-esperanza. El desesperado, cuya figura aparece con distintas facetas en los grandes escritores del siglo (piénsese, entre otros, en Sartre, Hesse, Jünger, T. S. Eliot, Camus y principalmente Kafka), es un hombre de nuestro tiempo. Y Ulises, en el poema de Kazantzakis, pese a sus características muchas veces primitivas, es un hombre contemporáneo. Llega a serlo a través de la vastedad de la obra, a través de la transformación del mito antiguo. «Kazantzakis —dice Prevelakis— sirve abundantemente y sin esfuerzo al género épico con el pródigo tesoro de su experiencia.. Pero las características de la tragedia se presentan también a veces en la Odisea; una vez como puro diálogo dramático (la rapsodia XVI). Pero el alma trágica recorre todos los tejidos del poema de un extremo a otro. Reside en la misma disposición del poeta que adora la vida y, sin embargo, la tiene por inmaterial fantasmagoría, y en el carácter dilemático del héroe: ―Palpitan en sus entrañas los anhelos con-caminos-opuestos y sin lógica...‖ Esa disposición trágica está en el esfuerzo del héroe —del hombre— por vencer la «inmensa noche eterna». «Treinta siglos después de Homero, dice Alain Decaux en el prólogo a la edición francesa del poema, Kazantzakis, un griego, contemporáneo nuestro, actualiza el antiguo tema de Ulises y nos ofrece una de las obras claves de la literatura de nuestro siglo. Fiel al gran aliento original, explica en una carta a un amigo: ‗El asunto principal, casi único, de toda mi obra es: el combate del hombre con 'Dios', la lucha implacable, indestructible, del gusano que se llama hombre contra las terribles fuerzas todopoderosas y tenebrosas que se encuentran en él y alrededor de él; la obstinación, la lucha, la tenacidad de la minúscula chispa que trata de horadar y vencer la inmensa noche eterna. El combate y la angustia por transubstanciar las tinieblas en luz, la esclavitud en libertad‘.» Y más adelante, Decaux expresa: «La Odisea de Kazantzakis es un himno a la grandeza del hombre. A la frágil grandeza del hombre ... El Ulises de Kazantzakis se mueve (al comienzo al 57 P. Prevelakis: El piitís ke to píima tis Odisias , Atenas, 1958. Hay una traducción inglesa de Philip Sherrard, Simon and Schuster, Nueva York, 1962.

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