La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis
246 obra está llena de luz y esplendor y de vida y esto se expresa a través de los anhelos de los difuntos: [...] Tú que vienes desde el mundo, / del país de los vivientes, dinos si el cielo perdura / y si existe el mundo aún. Dinos si relampaguea, / si truena y llueve y hay nubes, y si aún la Vía Láctea / corre y ondula en el cielo; si hay árboles y jardines / y si las plantas florecen, si perfuman las colinas / y si las plantas florecen, si los prados están frescos / y la brisa sopla suave, si aún brillan en el cielo / las estrellas y el lucero. ¡Ah!, quebrárase la lápida, / se removiera la tierra, y los míseros se alzaran / desde sus lechos sin sol. Volviera nuestro semblante, / tornara la juventud, pudiera hablar nuestra lengua, / se escuchara nuestra voz, pisáramos en el mundo, / paseáramos por la tierra [...] 338 . Otro poeta cretense, contemporáneo de Bergadís, Ioanis Picatoros en su poema Rima de lamentación al amargo e insaciable Hades , cuenta también una bajada al Hades en un sueño. Describe ese mundo y a su señor en forma muy semejante a la de los cantos populares. La tristeza de la región de los muertos está expresada con desconsuelo: Aquí alegrías no hay / ni los adornos recuérdanse, y las ropas que se visten / se funden y se deshacen; hablan sin voz, y humilladas / andan por allí las gentes. Conocidos desconócense, / amigos no se recuerdan, ni vecinos se interrogan, / ni seres queridos se hablan. Ni dejan a los muchachos / amarse con las muchachas, y ni tampoco abrazarse / ni besarse unos a otros. Los años aquí no pasan, / ni se recuerdan los meses, ni las horas son contadas / en el solar de Caronte 339 . El poema de Kazantzakis, tan bullente de vida y de acción, está traspasado por la presencia de la muerte. Se ha podido decir que la obra constituye una interminable alegoría sobre el tema de la muerte y que la vida que bulle en ella es sólo un elemento subordinado a aquél, el supuesto para poder reiterar con variados procedimientos la única realidad cierta: la nada final que espera a todos los hombres. La muerte es el asunto de meditación y de plática de muchos de los personajes; y es el fin "real" de todos ellos, dentro de la obra. Innumerables expresiones sobre la fugacidad de la vida, su duración ilusoria, se hallan a través de toda la Odisea. Un verso acaso puede sintetizar esa sensación de la nada de la vida: 338 M. Castillo Didier: Un milenio de poesía griega , Santiago, p. 213. 339 Ibídem, p. 195.
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