La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis
24 reanuda sus andanzas y llega hasta China y Japón. De su travesía por Rusia había brotado Toda-Raba, esa «angustiada confesión en forma de novela» ; de su caminar por China surgió El jardín de rocas, una especie de "novela de meditación" . Y de todo su peregrinar, por los mares, por los libros y los hombres, va naciendo la Odisea, cuyas seis versiones tomaron forma entre 1924 y 1938. En 1936, Kazantzakis escribe sobre la guerra civil española, mientras da forma a las últimas redacciones de la Odisea . Después de un retiro forzado en Egina, durante la ocupación germana, actúa brevemente en política, interviniendo en la fundación de un partido. En 1946 participa de manera fugaz en el Ministerio Sophulis. Luego se traslada a Francia. Ocupa durante meses el cargo de director de traducciones de la UNESCO. En 1957 emprende nuevo viaje a la URSS y China, de donde vuelve gravemente enfermo, para morir en Friburgo el 26 de octubre. En cierto sentido, Kazantzakis podría ser calificado como una especie de clásico: por su intenso trabajo sobre la lengua griega; por su vasta labor de divulgación cultural y literaria, realizada a través de traducciones de obras literarias, filosóficas, científicas y de sus libros de viajes; por su dilatada obra de creación, especialmente por su teatro de alto vuelo poético que recoge algunos grandes mitos antiguos y momentos cruciales de la historia medieval y moderna de Grecia. Pero en otro sentido, Kazantzakis constituye la antítesis de un clásico. Es un iconoclasta despiadado y avasallador, para quien el verdadero equilibrio resulta desconocido. Mezcla de filósofo y artista. Más que filósofo, meditador desesperado, lleno de contradicciones. Esta faceta del escritor ha sido estudiada por Roberto Quiroz Pizarro en su obra Nikos Kazantzakis: dimensiones de un poeta-pensador 39 . Ascética Collin Wilson relaciona a Kazantzakis con ―los gigantes del siglo XIX, con Tolstoi, Dostoievski, Nietzsche, con todos los cuales presenta afinidades». El escritor inglés no alude sólo a las cualidades de las principales novelas kazantzakianas que llevaron a Thomas Mann a comparar a su autor con los grandes prosistas rusos. Es necesario admitir que parcialmente el juicio de Wilson recoge una realidad. El influjo de Dostoievski y Tolstoi es perceptible en el escritor griego. El de Nietzsche es claro. Kazantzakis no ocultó la 39 R. Quiroz Pizarro : Nikos Kazantzakis: dimensiones de un poeta-pensador , Centro de Estudios Griegos, Bizantinos y Neohelénicos Universidad de Chile, Santiago, 2004.
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