La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis
229 Contrariamente a lo que sucede con el sol, que tan a menudo es invocado por Odiseo o por el poeta, el peregrino no suele dirigirse a la luna, que, cadavérica, enfermiza, doliente, pálida, muda, verdosa y goteando veneno, rara vez se presenta envuelta en su clara ―funda –de – plata‖. Sin embargo, hay alguna invocación excepcional, como sucede en la rapsodia XXII, cuando el asceta –rota ya su última embarcación – vaga por los territorios helados a que arriba en su viajar hacia los mares polares. Cuatro epítetos aplica el solitario navegante a la luna, entre ellos el de ―sol cristal-helado‖ y el de ―selenotropo pálido en los jardines de Caronte‖. Curiosos ambos, en especial el último, ya que el compuesto construido a semejanza de ―heliotropo‖, señalaría a la luna como una flor que gira y se inclina siguiendo precisamente la luz lunar, que auxilia al acabado asceta en las tinieblas del septentrión extremo: Luna mía, albísimo pavo real, mi sol cristal-helado, selenotropo pálido y abierto en los jardines de Caronte, espejo mío plateado, donde mudo contemplo mi semblante. (XXII, 682-4). El idioma neogriego permite señalar con un vocablo el momento en que el sol alcanza a alumbrar con sus últimos reflejos a la luna saliente. De allí que en el pasaje siguiente, donde también hay una asociación de la luz lunar con la memoria, puede gotear densa ―la luna cargada-de-sol‖, en un hermoso y sugestivo panorama nocturno: Detrás, el sol ya se ponía, y ascendía enfrente suyo, plateada-en-el-reflejo-del-sol, la luna llena; los dos astros sonrieron suavemente, haciéndose señas, / como varón y mujer, y se separaron; el sol se deslizó por entre las montañas y desapareció, y palideció la luna y quedamente se colgó en el crepúsculo. Rieron las cumbres y se serenaron, flotan los picachos en la luz azulada sobrenatural y se mecen como nubes; se saciaron de plata las velas en los mares lejanos e íntegras se sumieron las aldeas en la dulce inundación. Y los cerebros se movieron en secreto, salieron a la luna a pasear, y viejos recuerdos en el pleno silencio se despiertan voces que desaparecieron, almas que pasaron, amores que llegaron /a ser sombras y se arrastran ingrávidas sobre las sendas blancas. Tocada-por-la-luna, la memoria se despierta, madre enlutada, en sus labios de-saliva-amarga las palabras se estremecen,
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