La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis
202 a la niña que pasa sobre él, y removió las piedras, sacudió el plumaje como el cuervo y surgió sobre el suelo; y aún tenía en su mano un puñado de tierra. El sol ardiente se puso y hierve la tierra todavía y se apoyó el anciano en el muro de la gruta para no caer; contempla a la joven y suspira, se llenó su garganta: ―¿Dónde vas, chiquilla de doce años? ¿Dónde vas / cuerpo lozano? ¡Dime dónde vas, agua inmortal, para ir yo contigo también!‖ Apéndice Los epítetos de Helena Los epítetos de Helena son 12 en la Ilíada y 11 en la Odisea . En el primer poema es un personaje importante sólo en el sentido de que ella es la causa de la guerra. Pero sus apariciones son muy breves, aunque las menciones de su nombre no son poco numerosas. En la Odisea , aparece también en forma breve, en la IV rapsodia y todavía es más reducida su aparición en la rapsodia XV. En este poema, Helena ―redime su pasado para convertirse en reina solícita‖ 325 . Con sus epítetos se nombra a Helena 24 veces en la Odisea y 17 en la Ilíada . El total de epítetos en los dos poemas es de 12 y con ellos se la nombra en 41 ocasiones. Claro está que también se la menciona con su nombre no pocas veces. Los epítetos en los poemas homéricos aluden principalmente a su región de origen, a su belleza y a su ascendencia divina. En orden de frecuencia son: la argiva (o argólica), la nacida de Zeus, la de hermosa cabellera ( y ) , la de largo velo, la de nobles padres, la divina entre las mujeres. Por una vez aparecen los epítetos: la de hermosas mejillas ( Odisea ), hija de Zeus ( Odisea ) e hija de Zeus ( Ilíada ). A los epítetos, hay que agregar 4 autocalificaciones de Helena, todas desfavorables para su persona. Tres aparecen en la Ilíada y muestran un sentimiento fuerte de autocondena que no hallamos en la Odisea . En este último poema Helena recuerda su ―error‖, IV, 235, y se nombra a sí misma como ―ojos de perra‖ aunque sus expresiones no muestran enojo consigo misma. En la Ilíada , en cambio, La mujer se califica de ―perra maléfica y abominable‖,VI-344, de perra VI-356, 325 O. G. Ramos,op. cit., p. 134.
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