La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis
18 Itaca te dio el bello viaje. Sin ella no habrías salido a la ruta. Nada más tiene que darte. Y si pobre la encuentras, Itaca no te ha engañado. Sabio así como llegaste a ser, con experiencia tanta, habrás ya comprendido las Itacas, qué es lo que significan. Varios poetas neogriegos han tratado desde ángulos interesantes el personaje-motivo Ulises-Itaca. En León Kukulas, la nostalgia del viajar - que reemplazó a la nostalgia por la isla natal - aparece desgarrada al final de su poema Pequeña Odisea. Toda la primera parte se dedica a recordar lo que hicieron y dejaron de hacer por cumplir «el anhelo de llegar un día a Itaca» : Y nos negamos nuevas glorias y riquezas y sin pena contemplamos cierto día perderse para siempre entre la bruma gris la espléndida visión de los feacios. Y ahora que hemos retornado a Itaca, cuando a menudo narramos lo pasado, como más dulce sentimos su angustia que la serenidad de nuestra vida muelle. Y nuestro dolor inmenso se nos hace, como que nos castiga una amarga contrición, pues ya no sopla el viento en nuestros aparejos, y para siempre terminó la travesía. Yorgos Sarandis destaca el aspecto del remordimiento en Ulises, sentimiento que hará frustrarse todas las esperanzas cifradas en el retorno a la patria y al hogar: Pero qué esperas viajando en tu oscura suerte pero qué esperas huyendo entre los años qué esperas cuando te mata el lúgubre lamento de Troya que te sigue [...] tú sin embargo —el más ingenioso de los hombres— cómo no adivinaste / qué amargura, cuánto castigo, / qué nuevas heridas traerá
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