La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis
156 / la-de-radiante-cabellera, cuando de prisa una balsa construía para volver a la patria; y tristemente cantaba la diosa, con mucha dulzura, en vano, para en sus redes retenerlo, en medio del esplendor de la / divinidad. De igual manera, ahora está abandonando a la tierra, / la-de-verde-cabello. 259 Aún es recordada Calipso, en la ―última estación‖ de Ulises, en la aldea polar, muy cercano ya el fin. El hielo y la fatiga hacen que en un momento no sepa dónde está: Cuando por la mañana abrió los ojos y vio los adiantos y golondrinas-de-las-piedras que gorjean-en-celo, y en torno la luz verde y una grande dulzura, su mente se extravió y no puede recordar dónde está. Lejos revolotea el pensamiento en la gruta de Calipso, cuando hora tras hora aguardaba para ver la blonda cabeza y aquel cuerpo inmortal en la sombra destellar; pero tardaba en aparecer y se metió el entendimiento en otras profundas cavernas de gozares, en otros mares azules, igual que un crustáceo que atraviesa chapuzando por las / piedras. Poco a poco el pensamiento serenóse y volvió a su lugar 260 . 259 Ibídem, XXI, 807-811. 260 Ibídem, XXII, 325-335.
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