La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis

139 para atraerlo diríase, a fin de que llegue pronto y termine / la amargura 232 . Sigue un largo pasaje, desde el verso 1161 hasta el 1284, desde que comienza a atracar el navío hasta el término de la ceremonia nupcial. Kazantzakis introduce elementos antiguos y nuevos, símbolos, prácticas y versos procedentes de la poesía popular neogriega. Vemos a Telémaco, Penélope y a Nausícaa cumpliendo las ceremonias. Nausícaa es nombrada como ―la novia‖, i nifi , y ―la virgen‖ i parthenos ; la vemos tímida, temblorosa, púdica. Su hermosura es destacada con bellas imágenes: Y de improviso apareció en la proa, resplandeciente como / un candelabro. la esposa misma, mirando trémula y con timidez aquella / su nueva patria. Y poco después, cuando la joven pone pie en la tierra de la isla, el elogio es más extenso: Pisó con levedad la novia el suelo y todo el mundo fulguró: el sol-y-luna tenía en el pecho; sus labios amanecían; y eran hondos puertos abrigados sus ojos apacibles 233 . Aparte de los versos de los cantos que entona la gente, no escuchamos palabras de los personajes, salvo aquellas con que Penélope acoge a la esposa de su hijo, la que será un consuelo en la soledad que le espera; y aquellas que Nausícaa dirige al antepasado, al genio familiar ante el pozo del palacio. Se abren las puertas de bronce de la fortaleza y se vio el gran cuerpo cantado de la suegra con los brazos abiertos: ¡Novia mía - musita -, mi señora novia, mil veces en buen hora / nos llegaste, con las coronas en la frente y con el hijo en el seno; en la sonrisa del nieto otra vez cual golondrina trinará el hogar! El espíritu de Odiseo siente a cada instante mayor su desarraigo de la casa paterna y de la isla, mientras sigue las ceremonias con que la joven novia toma posesión de su nuevo hogar. Ella debe invocar al genio de la familia: 232 Ibídem, II, 1152-1157. 233 Ibídem, II, 1201-1203.

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