La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis
134 y en la paz de sus valles hubiera reclinado este pecho que broncos huracanes templaron, pero surgió de nuevo la nostalgia furente de tierra, esposa, hijo. Ya Esqueria es un pasado 224 . Otro poeta ha expresado con frases y palabras patéticas la imaginada tragedia de Nausícaa, enamorada de Odiseo, marchitándose sola, desterrada en su tierra. La joven apostrofa primero a Ulises, el "ignorador" de su amor; a Penélope, la tejedora, la "rehiladora", a quien dice que el héroe es suyo, aunque sus ojos la hayan ignorado, y que él la ha llevado consigo: Yo era Nausícaa, hija de rey: yo era. Desterrada soy en mi propia tierra, y de mí misma fugitiva por siempre. [...] Así me multiplico y crezco en ojos para que me hieras, ¡oh ignorador, oh de retorno, oh nunca puerto! y cada una es yo, Nausícaa infinita, toda llaga pidiendo sólo nada, aun más ardiente cuanto más lejana [...]. ¡Oh tú, envidiada, afortunada, acaso, innumerable esposa del aun más innumerable héroe!! Tú la que sabes todo de él, menos Nausícaa, ¡oh rehiladora, dueña constante: es mío! Inútil que te tejas y destejas ante sus ojos que me ignoran: lleva mis palmas en su pecho, lleva a Nausícaa consigo 225 . Giovanni Quessep ha imaginado un Odiseo triste en su Itaca, antes tan anhelada; ahora desencantado, añorando los días felices que pasó en la isla de 224 O. G. Ramos: La Odisea Un itinerario humano , Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1970, p. 105. 225 Daniel Devoto: "Fábula de Nausícaa infinita", en Pedro Lastra / Rigas Kappatos; Presencia de Grecia en la poesía hispanoamericana , pp. 165-166. (Daniel Devoto: poeta argentino, 1916-2003.)
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=