La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis
114 Por otra parte, también ya en la Antigüedad se había puesto en duda el cumplimiento de la profecía de Tiresias, cuya sombra había dicho al peregrino Odiseo, cuando a éste le fue concedido descender al mundo de los muertos: ―Te vendrá más adelante y lejos del mar una muy suave muerte, que te quitará la vida cuando ya estés abrumado por placentera vejez‖ (12). Plinio el Viejo en la Historia Natural (13) acogió la leyenda de una nueva salida de Ulises desde Itaca. Otra tradición pretendía que el héroe había muerto a manos de Telégono, hijo suyo y de Circe. La idea del nuevo viaje la Dante presenta, desarrollada, en la Divina Comedia , Infierno , en un pasaje que podría considerarse la base de la idea de Kazantzakis para su nueva Odisea. Petronio, en su Exortatio ad Ulixem utilizó el motivo del viaje como fuente de conocimientos y experiencia. El poema toma la forma de un llamado, una exhortación al joven Odiseo a que deje sus lares: Entre los fragmentos de Petronio, hay otro en que el motivo de Ulises halla una hermosa expresión. Aquí se establece un contraste entre la dulzura y quietud de la vida en tierra, en la tranquila Itaca quizás, y las penalidades y duras luchas que caracterizan la vida del errabundo marino. El illic y el hic, el allá y aquí, que encabezan, alternadamente, ocho de los diez versos, ponen de relieve esa antítesis. En los dos últimos versos, en los que no aparecen el illic y el hic , las expresiones ―mendicus Ulixes‖ y ―candida Penélope‖ reiteran esa contradicción entre los dos mundos, el abismo que separa la difícil sobrevivencia del héroe en el mar y la quietud feliz de Penélope en tierra. El motivo de la paciente, pero anhelante, espera del esposo ha desaparecido aquí: Illic alternis depugnat pontus et aer, hic rivo tenui perui ridet humus. Illic diuisas complorat navita puppis hic pastor miti peluit amne pecus. . . .............. .............. Naviget et fluctus lasset mendicus Ulixes, in terris vivit candida Penelope 191 . Allá uno con otro luchan el mar y el aire, aquí en el arroyo fino juega la tierra. Allá llora el marino las naves rotas, aquí el tierno pastor lava en la corriente 191 Ibídem, p. 199.
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