Conceptos de género y desarrollo
interno una mejor inserción de los países subdesarrollados en los mercados internacionales. Producto de ello se lo– graría un crecimiento económico autosostenido, redu– ciendo así la dependencia hacia los países centrales. De hecho, el crecimiento económico se produjo. De acuerdo a las cifras el PIB en la década del 60 fue del 5,7 %. La implementación de esta estrategia de sustitución de importaciones permitió transformar el perfil ocupa– cional de la fuerza de trabajo, donde pierde importancia el sector primario (que a comienzos de los años 50 representaba el 50% de la Población Económicamente activa -PEA) en beneficio de los sectores secundarios y terciarios, que a fines de los años 70 concentrában en conjunto más del 50% de la PEA. Otro de sus efectos fue el cambio desde una condición preferentemente rural a otra mayoritariamente urbana, así corno el desencade– namiento de procesos de transición demográfica en los que influyeron el descenso de la mortalidad gracias a los avances científicos y la baja en la fecundidad producto de políticas de planificación fami! iar y del paso de formas de vida rurales a urbanas. No obstante los signos positivos a nivel de cifras, no se logró que los beneficios del crecimiento económico se redistribuyeran a todos los sectores sociales, lo que atentó contra la apuesta del crecimiento de un mercado interno capaz de absorber a través del consumo la producción industrial que se estaba impulsando. Hacia fines de los años 60, junto con el progreso social comien– za a estancarse el crecimiento económico. Asimismo, otros procesos, desatados por la estrategia de desarrollo elegida comienzan a hacerse presentes. 50
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