Conceptos de género y desarrollo
sociales desventajosas en tanto género femenino se retle– jan de una u otra manera en los proyectos de desarrollo, pese a que aún falta mucho para que se conviertan en un espacio real de resolución práctica de ellas. Al recorrido que va de la invisibilidad de las mu– jeres hasta el género contribuyen también de manera efectiva las constantes reformulaciones en las defini– ciones de desarrollo. A medida qué se ha ido haciendo más compleja y exigente la definición de desarrollo, ampliando sus criterios más allá de lo económico se ha logrado ir visibilizando a los diferentes sujetos partí– cipes de él. Mujeres, indígenas, jóvenes, entre otros, se han esforzado por mostrar sus rostros y reivindicar sus especificidades. Las particularidades tienden así a aflorar y visiones menos universalistas y homogeneizantes del desarrollo buscan un espacio de real ización vehiculizados por el accionar de los movimientos sociales. Sin embargo, por más evidente que sea la corre– lación que se establece entre teoría y práctica, la segunda se ve mediatizada también por definiciones más amplias de políticas de desarrollo, en las cuales están involu– crados terceros. Esto es visible en los países del denomi– nado Tercer Mundo donde, por ejemplo, la lucha contra la pJbreza y las prioridades de acción son diseñadas muchas veces por instituciones y agencias ligadas al Primer Mundo. La inclusión de los enfoques de la mujer y el género en los proyectos de desarrollo son acreedores entonces de los aportes teóricos de los especialistas, de las luchas y avances de los movimientos de mujeres y feministas del 38
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