Conceptos de género y desarrollo
fue si las mujeres tenían ventajas para estudiar a otras mujeres y si eso evitaba los prejuicios en las aproxima– ciones. Estas discusiones dieron pie para poner en duda la habilidad que las mujeres tendrían para estudiar a los hombres y también la contradicción que una postura de ese tipo entrañaba para el proyecto global de algunas disciplinas, como la Antropología en su pretensión de ser un estudio comparado de las diferentes sociedades humanas. Una serie de puntos de conflicto comienzan a nacer desde el interior de los Estudios de la Mujer y desde fuera de ellos. En este último caso está el aislamiento y ghettización que comenzó a perfilarse toda vez que se sostuvo que ellos se concebían "sólo para mujeres y por mujeres". Se produce así una suerte de marginalización y el trazado de una línea divisoria en donde los Estudios de la Mujer comienzan a conformarse como una sub– discipl ina en las ciencias sociales y humanas. Esto puso en el tapete el problema de que todos los esfuerzos de la investigación sobre la mujer se perdían por la segrega– ción de la propia mirada y de la ajena. Desde el interior de estos Estudios comienzan a aparecer interrogantes que cuestionan, ya a finales de los 70, algunos supuestos. La primera controversia impor– tante es la que emerge desde las intelectuales negras que abren una pregunta relativa al tema de la universalidad del concepto "la mujer". Ellas plantearán que hay diferencias entre las experiencias de las mujeres negras y las blancas en el mundo norteamericano y que no se puede englobar en una categoría sociológica universal sujetos con vivencias, historias y posiciones distintas de l8
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