Ensayos sobre socioautopoiesis y epistemología constructivista

Epistemología Constructivista Desde una radicalización de estas visiones han surgido, además, sólidas alternati– vas que ofrecen otros modos para el operar científico. Sus orígenes se encuentran tanto dentro de nuestras disciplinas -como es el ;.;aso de la nueva etnografía o la teoría de los sistemas sociales- como fuera de ellas, espe;.;ialmente, a partir de los estudios realizados en el campo de una biología del conocimiento fuertemente estrechada con la cibernética de segundo orden, De estos desarrollos surge el constructivislllo ;.;omo corriente epistemológica. Esta epistemología sostiene que nuestros ;.;onocimientos no se basan en correspondencias con algo externo, sino que son resultado de construcciones de un observador que se encuen– tra siempre imposibilitado de contactarse directamente con su entorno (9). Nuestra com– prensión del mundo no proviene de su des;.;ubrimiento, sino que de los principios que utilizamos para producirla. La lógica de la autorreferencíalidad se abre paso desde el constructivismo desontologizando la noción de rcalidad, Conocer como acto de distinguir En verdad, como dice Luhmann (1992), cuando se pretende conocer la so;.;iedad, se debe en primer lugar caracteri/ar las condiciones que posibilitan ese cono;.;imíento. Desde el constructivismo d conocimiento se hace posible al indicar y describir observaciones, vale decir: haciendo dislinci()nc~ cuyos resultados ;.;onstituyen los pisos autorreferidos para la emergencia de nuevas distinciones. Todo lo anterior implica un aleJamiento de la ontología clásica y ha;.;e ganar fuerza a la nueva lógica aUlorreferencial, anclada en la observación dcsde la diferen;.;ia, que hace ;.;onvergir decididamente la tradi– ción constructivista con la invcstigación de sistemas, Sólo desde allí pueden abordarse los problemas inherentes a la autoimplicaci6n de las observaciones ;.;on sus observados, que para nuestros temas ;.;onlleva la inquietante pregunta: ¿hasta donde es posible ha– blar de lo social desde fuera de lo social? (10), Por ;.;ierto, temas de la magnitud y ;.;omplejidad como los enunciados están por resolverse. Nuestras posibilidades a;.;tuales se reducen a un fragmento de su tematización, insinúan rutas para su reduceión~-ahren ventanas- son estimulantes para iniciar una ta– rea, pero no para compartir una solución, En adelante nos concentraremos en esbozar, condensadamente, en sus encuentros ;.;on los actuales debates epistemológicos, algunas implicancias respecto a nuestros co– nocimientos acerca de la sociedad y la cultura, específkamente las rereridas a las interrogantes metodológkas que les acompañan, Hemos escogido ese ángulo. aislándolo de problemas infinitamente mayores, porque revivimos cotidianamente las dificultades que tenemos, como cientistas sociales, para trasladar las sustantivas renovaciones epislemológi;.;as que apreciamos al plano investigativo: ¿sobre qué ideas de objetividad debemos trabajar?; ¿qué hacer con nuestros métodos de investigación tradicionales?; ¿bajo qué posición puede ser de– finida una información como científicamente pertinente? son algunas de las prin;.;i– pales interrogantes que nos guían. Como hemos indicado, desde las nuevas epistemologías la estabilidad que atri– buimos al entorno no es revelable con independencia de la operación/ohservación de su observador. La búsqueda de una re/dad ohjetívu, por sobre parciales versiones. es un valor inalcanzable. El objeto de la inveslÍgaeión se desplaza, en consecuencia, a sus posibilidades: al encuentro de explicaciones (huenas. mejores y útiles). Ya no es posible asegurar observaciones "verdaderas" o "últimas', En consecuencia. las explicaciones son inevitablemente competitivas y dinámicas, en tanto las posibilidades de ohservación que las sustentan son también innumerables. Desde este enfoque el observador, en su ac;.;ión de observar ocupa un rol central, configurando --dando cuenta de- lo observado. Dicho de otra manera: las descripciones l)

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