Ensayos sobre socioautopoiesis y epistemología constructivista

Sistemas de Interaccion, Dohle Contingencia y Autopoiesis Indexícal momento en que no continúa l'onectándose (u cuando no se reacciona frente a la inestabilidad) y sólo la cerradura operacional da curso a la apertura cognitiva evitando que el sistema sea destruido por la contingencia del entorno, ¿Qué dc Irágico hay cn que un sistcma de interacción finalice') En principio nada, porque, precisamente si los sistemas de intcracción no estuviesen dotados de una altísima temporalización y duraran siempre, se convertirían en tediosos, aburridos y se atocharían dc problcmas tales como "de qué manera sc puedc poder fin a la conversación". el famoso "clossíng problem" que tematizan Schegloff y Sacks (102), La conclusión de lo anterior cs simple pero concluyente: sólo los sistemas de interacción que finalizan, reabren posibilidades de ser reiniciados. Los que se sumcrgen en el tedio. no autocatalizan posibilidades suficientes para que puedan reconfigurarse (103), Que huir del tedio ofrece múltiples alternativas, subraya Ranulph Glanville. Las conversaciones deben contener novedades, poder hablar de tópicos novedosos, "in part, this is for the obvious (but frequcntly overlooked) reason thal conversalons involvc the creative, constructivc input of two partcipants and we cannot evcr know the mcaning of ¡he other, and hence cannot know his input (, ,). Thc possibility of novelty ís incrcascd in thc act of representation, because (again) saying two things arc the same ís also saying they are different" (104), La doble contingencia como realización práctica es un fenómeno que tiene sus efectos. El principal de ellos es que, dentro del espacio de libertad y de selectividad, la conducta se convierte en acción () mejor aún. en imer-acción cOllversacional. Esto hace que esta propiedad de la emergencia de los sistemas sociales tenga una/unción elemental de autocatalízación: hace posible la construcción de estructuras donde el nivel de las perspectivas se regula a sí mismo, aun en medio de la inestabilidad. La experiencia contingente hace posible que la casualidad pueda ser usada y explotada para las funciones condicionantes del sistema: la transformación de las casualidades en posibilidades en la configuración de estructuras, que como hemos señalado, se plasman en expectativas "conversables" . Pero las casualidades hay que observarlas teniendo en cuenta el principio del "orden en todos los puntos <1 de Harvey Sacks (105) en los sistemas de interacción. Hay que preguntarse por lo menos (a) cómo opera la toma de los turnos en las conversaciones, (b) de que recursos y métodos se sirven los interactuantes para producir sus propios ordenamientos conversacionales y a qué problemas de interacción responden dichos ordenamientos, (c) cual es la función de los silencios y que tipos de silencios se pueden observar, etc. Todo este ensamblaje de posibilidades de observaciones de segundo orden en los sistemas de interacción ha sido producido por el análisis conversacionaL una observación de segundo orden altamente especializada de sistemas conversacionales dc interacción. Si hasta ahora el AC no ha logrado autoobservarse como observación de segundo orden, no tiene para nosotros la menor importancia. En realidad, en medio de la doble contingencia, la conducta de los demás no se vuelve tan indeterminable hasta que se encuentra en medio de la práctica conversacional de la doble contingencia. en particular para el que quiera pronosticarla. Entonces, la doble contingencia se da en medio de la una indererlJlinabilidad producida precisamente por el pronóstico. Esto es: en medio de una rutinización de la conducta, cuando queda en claro que una pronosticabilidad basada en ella se usa para motivar una conducta eomplementaria, esto puede ser un motivo para cambiar la condueta pronosticable, y por lo tanto para desbaratar el pronóstico. Estc fenómeno de permeabilidad en la apertura cognitiva de la que están dotados los sistemas autopoiéticos de interacción. pone una vez más de manifiesto que con sus intenciones de pronosticabilidad en medio de la contingencia, la sociología objetivista cava su propia tumba, y además convierte a su ingenuidad epistemológica en filosofía social. Pero se puede proceder tamhién reconslruclivamenle y congelar en el tiempo la 69

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