Ensayos sobre socioautopoiesis y epistemología constructivista

Explorando Caminos y para las que rige la misma condición de inobservabílidad. Para Luhmann (1999c: 132) el consttuctivlSIl10 es una oportunidad para recuperar epistemológicamente tales distinciones y demostrar la utilidad de observar las formas que utiliza un observador cuando indica algo que para él, al momento de su utilización, no es observable y de esta manera, generar conocimiento acerca de cómo observa. Esto permite observar lo que hay detrás, distinguir lo que distingue, desocultar como diría Heidegger. Por cierto, el observador tle segundo orden concentrado en observar lo que para su observado permanece inobservable, carece de otra posibilidad que no sea usar sus propias distinciones y asumir sus unilaterales indicaciones. Su propia observación sigue ligada a su instrumento y éste, que al momento de su utilización debe aplicarse sin cuestionamientos, también tiene su punto ciego. Pues, al momento que un observador distingue su distinción y la aplica autológicamcnte, sus operaciones se convierten en paradójicas -"veo lo que veo". Por ello, un observador para indicar se ve obligado a introducir asimetrías del tipo antes I después o replicar distinciones que lo remitan a la de sistema I entorno. En otro plano, mediante las codificaciones binarias los sistemas socia– les parciales producen autoobservaciones sobre sus observaciones de primer orden (Luhmann 199ge:43), por ejemplo, la ciencia delimita lo verdadero de lo no verdadero, la justicia lo legal de lo ilegal o la religión entre farsa o milagro. Desde el construetivismo se refuerza la idea que al punto de partida de toda ob– servación, incluso observación de una observación, no se encuentra una identidad sino una diferencia, en este caso, la que hace la diferencia. Sólo desde allí se confiere valor de conocimiento a casualidades configuradas por un observador como su mundo (21). Como se aprecia, la observación de segundo orden encaja muy bien con la dilc– renciación de la sociedad contemponinea, en la cual, dependiendo del sistema de refe– rencia, existen múltiples posiciones que conducen a disponer de muchas posibilidades para observar, sin poder indicar a ninguna como la mejor o la más completa (Luhmann 1995:7) (22). Justamente, la posibilidad que l/n observador pueda observar cúmo obser– vado/' otro sistema observador, es decir, en el cómo es posible hacer observación de segundo orden, se encuentra en la sociedad misma. Desde la misma sociedad se despren– den las distinciones que posibilitan las observaciones de lo latente, tales como sistema I entorno; sujeto I objeto; consciente I inconsciente o la misma manifiesto I latente. Al respecto, cabe sostener la hipótesis que un pre-avance de diferenciación so– cial, como es la constitución de la persona como observador distinto a la sociedad ~pero acoplada a ella por el Ienguaje·- crea las prewndiciones para la general izaeión de la observación de segundo orden, proceso que es acentuado posteriormente con la diferen– ciación social. Cualquier vuelta atrás puede observarse como un peligro, por ejemplo, las comunicaciones acerca de la sociedad cognoscitivamente consensual nos recuerdan el cuento del ropaje invisible del emperador chino, cuyo vestido era el desvestido (salvo para un niño que no participaba en la distinción) o como se ilustra en el cinc, por ejemplo en The Matríx donde nadie observa su propia virtualidad salvo, inexplicablemente, los sobrevivientes del consenso, aunque eso no es tan evidente porque el observador -como también podría serlo para Neo~ puede entramparse, indicando que amhos mundos son virtuales (incluso, por qué /lO, el del mismo espectador) (23). De hecho, la epistemología construetivista, en sí misma, al sustituir la premisa de un mundo en común expuesto a su observación, se constituye en una del tipo second order cybemetics aplicada a la sociedad, donde se explican las formas con que la reali– dad se autogenera utilizando los mecanismos del feedback y del enlazamiento recursivo (24) (Luhmann 1999a:72). De hecho, la distinción de las distinciones, sistcma I entorno, pertenece al plano de la observación de segundo orden (Luhmann 199ge:35) y puede, junto a la de latente I manifiesto, utilizarse como punto ciego para la observación de ohservadores. Siempre cuando se reflexiona sobre esquemas de distinción se aplica una 39

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