Ensayos sobre socioautopoiesis y epistemología constructivista
Recuperación del Observador se: ¿cuánto y de qué calidad debe ser la salud, la vivienda, la educación y la alimenta– ción? Como puede apreciarse, identificar las dimensiones de un concepto --en este caso de pobreza- es un problema teórico que acaso sólo puede ser resuello en este plano; es decir, el momento teórico está en la determinación, como construcción concep– tual, de ¿qué son las necesidades básicas? El segundo momento, el empírico, trata de responder a las preguntas de ¿cómo determinar la presencia y la ausencia de las necesi– dades básicas? y ¿qué efectos tendrá mi medición en mi concepto?, es decir, ¿el instru– mento medirá, captará, la plenitud del fenómeno? (BoItvinik, 1990). Hay en todo esto un profundo problema de conceptualización. Por ejemplo, es diametralmente diferente acercarse mediante una definición que considere la pobreza como la carencia en la satisfacción de las necesidades básicas o a través de conceptualizarla como la carencia de capacidades básicas para cubrir las llamadas necesidades básicas. La primera aborda los síntomas (ingreso, consumo, no acceso), mientras en la segunda se identifican las causas (capacidades) para satisfacer las necesidades. En la primera el pobre es pobre porque no tiene acceso a determinados bienes, mientras en la segunda es pobre porque no puede dejar de serlo (Boltvinik, 1990). Por ejemplo, el cuadro muestra cómo diversas investigaciones conocidas -y re– conocidas- sobre el tema están muy lejos de llegar a un acuerdo o consenso, ya no digamos sobre la forma de 'captar' el fenómeno; sino, principalmente, en la conceptua– lización de 'pobreza' que se desprende de la medición; en otras palabras, ¿cuáles son las dimensiones del fenómeno que expresa el concepto? Los trabajos aquí seleccionados como ejemplo de la traducción de conceptos en indicadores para el caso de la pobreza se advierten bastante alejados de un consenso en la forma en que los indicadores considerados captan, reflejan o traducen las propiedades y características del fenómeno. ¿Qué razones -e implicaciones- tiene tomar en cuenta la alimentación como dimensión? Son los menos los trabajos que la incluyen. ¿Acaso obedece a la falta de información sobre el rubro? Si la falta de disponibilidad fuera la razón-lo que explica la conformación de múltiples índices-, se encontraría otro obs– táculo; es decir, al de la correspondencía y fI~levancia se le sumaría el de existencia y acceso, lo que podría traducirse en la construcción a partir de criterios de accesibilidad, que hace más laxo aún el problema de la correspondencia. Al analizar las dimensiones que incluyen las investigaciones se manifiesta la di– ferencia, la cual se intensifica al momento de escoger los indicadores que representen o renejen la dimensión seleccionada. Pareciera evidente que las razones de uno u otro procedimiento son de orden teórico, de recorte y acercamiento a la realidad. No sólo hay diferencias significativas en el número y tipo de indicadores considerados, sino que no pareciera haber justificacio– nes para 'recoger' o no tomar en cuenta una u otra dimensión. Cuando nos acercamos a la manera en que diversas investigaciones 'cortan' la línea de la pobreza (cuadros 1 y 2), la cual define la condición de pobreza o no -expre– sada en pesos de 1984-, vemos tal heterogeneidad que difícilmente podría sostenerse y seguir refiriéndose al mismo fenómeno. La distancia en la medición de la pobreza en los ejemplos expuestos son abismales, de más de cuatro veces entre los polos. Es decir, en la propuesta de Psacharopoulos y la de Hernández Laos, ¿dónde está la objetividad y la neutralidad en esta medición? ¿De qué manera el fenómeno se impone'? 206
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