Ensayos sobre socioautopoiesis y epistemología constructivista
Recuperación del Observador 2. Búsqueda de los indicadores 'adecuados' a las dimensiones definidas (cabe precisar que no se mencionan reglas ni principios claros para la selección de indicadores). 3. Combinación de los indicadores escogidos en un 'índice'. Por su parte Mayntz, Holm y Hubner (1975), antes de fijar su posición respecto a la operacionalización de conceptos, definen límites al problema de la correspondencia entre concepto y realidad. Consideran que el concepto no es nunca idéntico a los fenó– menos a los que se refiere su contenido figurativo. De esta forma, proponen tres fases de los datos en el proceso de investigación. investigada Inferencia de la . pertinencia de la .~ unidad a una clase de propiedades Para los fines de estas reflexiones, lo que importa destacar de estos autores es el rescate de la teoría en la generación del dato, pues afirman que los empiristas han puesto en duda la dependencia teórica de la investigación debido a un concepto muy estrecho de teoría, lo que no les permitió percatarse que las mismas delimitaciones del campo de objetos de la ciencia social y la calificación de los fenómenos son decisiones teóricas. Textualmente establecen: Importa destacar que la obtención y el análisis de los datos, en todas sus fases. dependen de una teoría sobre la realidad social. Sobre todo, los datos mismos sólo pue– den obtenerse recurriendo a conclusiones teóricamente fundadas (Mayntz. et al., 1975). De esta forma, Mayntz y su equipo establecen una diferencia entre validez y fia– bilidad del indicador, pues mientras la primera incluye todo aquello a lo que su conteni– do significativo remite, la fiabilidad se refiere a la producción de los mismos resultados bajo las mismas circunstancias y que sean independientes del investigador que los utiliza (Mayntz, et al., 1975: 47). Tanto los trabajos de Boudon y Lazarfeld como los que encabeza Mayntz men– cionan continuamente la dificultad en la definición de dimensiones y la búsqueda de indicadores, debido a la característica polisémica de los conceptos. Sin embargo, es en este mismo punto en el que reciben críticas tanto de Cicourel (1982) como de De la Garza (1987), quienes enfatizan la debilidad de la exposición de Lazarfeld y Mayntz por no contar con reglas claras en la identificación de las dimensiones y su conversión a indicadores. Así, desde esta crítica parecería arbitrario -lo que no indica caprichoso o falto de fundamento-- definir cuáles son las dimensiones de un concepto, y aún más proble– mático hallar un consenso sobre los indicadores. En este sentido, la decisión involucra un problema teórico y una cuestión de interpretación, lo que derivará en que todo indica– dor siempre será discutible. Uno de los problemas del papel de la interpretación en este proceso es que prác– ticamente nunca se hace explícito en la investigación; se enuncia, pero es poco usual que se hagan explícitas y se argumenten las razones, teóricas (construcción del objeto) o prácticas (disponibilidad de los datos), del procedimiento en el cual descansarán las ase– veraciones. Al respecto, Zemelman (1989) muestra dos problemas: 204
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