Ensayos sobre socioautopoiesis y epistemología constructivista
Recuperación del Observador Según Ortí (1995), la recuperación de la dimensión cualitativa frente a la absolutización metodológica cuantitatÍvista obedeció a lo siguiente: Desde el punto de vista teórico: Fue una reacción crítica frente a la negación cuantitativista del universo social y frente a la carencia de sentido de la produc– ción masiva de datos cada vez más precisos y menos relevantes para la compren– sión de la situación y de los problemas sociales e históricos concretos. Desde el punto de vista ideológico: Fue una reacción crítica frente al conservadu– rismo de las representaciones sociales a partir del canal o embudo de la encuesta precodificada como forma privilegiada de análisis de lo social. Desde el punto de vista sustantivo: Reacción crítica frente al desconocimiento de la especificidad, riqueza, profundidad y complejidad del orden simbólico y de sus formaciones (inexactas/no cuantificables) de las formas lingüísticas y los discur– sos sociales Sin embargo, el principal problema de esta reacción --quc pugnaba por rescatar al sujeto y revalorar la subjetlvidad- fue haber caído en un absolu– tismo cualitativista que negó de facto toda posibilidad y sustanti vidad a la pers– pectiva cuantitativa (Ortí, 1995). Así, una vez reconocidos y aceptados los límites de dicha propuesta metodológica, se impuso la discusión bajo una nueva perspec– tiva. El ejc de la discusión, entonces, implica modificar el centro problemático y plantear un horizonte de conocimiento a través de la identificaciónl problematización de las formas en que la cuantificación permite aprehender la realidad, pero ahora sin calificarla de válida o no, lo que se inserta en un discurso autoritario de corte 'académico'. En síntesis, se impone volver a la discusión problematizando y no calificando. La Suspensión del Autoritarismo Metodológico: hacia una propues– ta crítica e incluyente Como puede desprenderse de lo planteado anteriormente, en los últimos años hemos asistido a un viraje en los planteamientos 'científicos', cuyo resultado más impor– tante ha sido poner en tela de juicio el discurso tradicional de la ciencia como sistema legal, unificado y objetivo. Sin embargo, más allá de la pertinencia o no de cada una de las formas de hacer y validar la actividad científica, lo cierto que es que esa polémica permite considerar nuevas dimensiones o espacios de la realidad. Por ejemplo, la identificación del papel que juega la incertidumbre no elimina la certeza, sino que le exige nuevas formas de constitución y fundamentación al reconocer los nuevos planos o niveles de la realidad; en una palabra, una redefinición. El reconod– miento del azar no elimina la determinación; la aceptación de la diferencia de lo hetero– géneo no elimina la posibilidad de la homogeneidad. El escenario por el que discurre la ciencia social se dirige al reconocimiento de la complejidad de lo real. por lo que parecería reduccionista --e incluso contradictorio– pensar que las nuevas dimensiones conocidas del mundo social y natural permitirían excluir las que se aceptaban anteriormente. Es claro que deben ser redefinidas (mas no excluidas), pero sólo eso, al menos por el momento. De ahí la relevancia de propuestas como la de Conde para sustituir la estructura conceptual dual por una triangular (Conde, 1995). Desde esta perspectiva, resulta de suma importancia retomar la idea de que la 'verdad' es necesariamente polisémíca, con una dimensión autorreferencial que implica la adquisición de sentido (validez/cientificidad/certidumbre) en función de su propio espacio de referencia en el cual tiene validez propia; es decir, tiene campos de validación en un contexto particular en el cual esa misma 'verdad' es construida de manera particu- 198
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=