Ensayos sobre socioautopoiesis y epistemología constructivista

Recuperación del Observador Hacia Nuevos Consensos Si bien es cierto que asistimos a una redefinición de las formas en que procede y se legitima el conocimiento, el quiebre de expectativas cifradas en la tradición empírica ha sido significativo, precisamente porque se han trastocado sus pilares fundamentales, porque se han fracturado en el discurso y en el quehacer sus principios de validez cientí– fica: la posibilidad de arribar al establecimiento de leyes (5) Yla garantía de objetividad. En las últimas décadas ha tenido lugar un cambio espectacular en la concepción tradicional de la ciencia. Por un lado, dentro de la filosofía de la ciencia natural, el domi– nio del empirismo lógico ha venido perdiendo peso ante críticas como las de Khun, Toulmin, Lakatos, entre otros. En su lugar ha surgido una 'nueva filosofía de la ciencia' que desecha muchos supuestos de los puntos de vista precedentes. En esta nueva concep– ción se rechaza la idea de que puede haber observaciones teóricamente neutrales; ya no se canonizan como ideal supremo de la investigación científica los sistemas de leyes conectadas de forma deductiva. entre otros. Sin embargo, el reconocimiento más impor– tante es la consideración de la ciencia como una empresa interpretativa. de modo que los problemas de significado, comunicación y traducción adquieren una relevancia inme– diata y central para las teorías científicas (Giddens y Turner, (990). Este viraje en los principios del proceder científico se encuentra relacionado con la discusión sobre los objetivos asignados al conocimiento; es decir. la disputa entre una tradición explicativa y comprensiva, polémica, alrededor de la cual se ha escrito gran cantidad de trabajos desde las más diversas posturas, por 10 que no puede ser resuelta en unas cuantas líneas -más cuando no es la pretensión central del presente texto. En todo caso, proponemos plantear otra perspectiva para abordar la discusión. La disputa entre metodologías cuantitativas y cualitativas se ha presentado de una forma excluyente. Por ello, ante el reconocimiento de la especificidad de lo social, cabe preguntarse ya no necesariamente por los límites (ventajas o desventajas que parecieran claras) de la cuantificación; sino por la forma en que ésta puede contribuir a aprehender lo social. Esta apertura exige superar la estructura binaria -dual, dicotómica, que ha sido la crítica central al positivismo-- en que se ha construido el pensamiento y que sólo admite una posibilidad, una sola elección entre dos opciones: verdadero/no verdadero (falso) exacto/inexacto (ambiguo) científico/acientífico (común, ordinario) objetivo/no objetivo (subjetivo), etcétera. La estructura dual que reclama (por exclusión) todo para sí, que al reconocer elimina lo distinto, lo diverso, ha sido la forma en que se ha arribado a la discusión cuantitativo/cualitativo: empírico/crítico consenso/disenso estático/dinámico cerrado/abierto determinado/indeterminado hornogéneo/heterogéneo Ahora bien, una estructura conceptual ya no dual, sino triangular (Conde, 1995) permitiría superar este reduccionismo y reconocer, o al menos pensar en el intermedio; es decir, permitiría matizar posturas, reconocer universos de realidad no incluidos en perspectivas que adquieren especificidad por oposición. 197

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