Ensayos sobre socioautopoiesis y epistemología constructivista

Hacia una Economía Política Global Postmoderna tramos en la voluntad, en el libre albedrío, en la creatividad humana, expresados en sus diversas facetas (decisión, elección, resistencia, innovación, tecnología, política... ). Esta creatividad humana sería una causa no causada, diferente del azar, y capaz de influir en el futuro de un sistema social. En un sistema social los elementos capaces de generar orden, bien sea manteniendo la estabilidad, bien sea generando un cambio estructural, son los agentes, por lo que las decisiones discrecionales se convierten en la clave de la cvolución de dicho sistema. Podemos definir al agente como una organización o una individualidad, que vive en sociedad y toma decisiones, es decir, que combina sus varia– bles-instrumentales con sus variables-objetivo según su información y su potencialidad y recurriendo a la memoria para elaborar su proyecto (Perroux. 1984: 81). Dado que la creatividad genera orden y cambio, la evolución de la economía ha de recaer sobre la creatividad de los agentes (Dopfer, 1991: 51). Estos cuatro enfoques lejos de ser incompatibles, son complementarios bajo una perspectiva postmoderna. La evolución del sistema económico está parcialmente determi– nada y parcialmente indeterminada; según el principio de indeterminación parcial de Thorp, no hay posibilidad de que en un momento dado pueda ocurrir literalmente cualquier cosa, sino que existe la posibilidad de que ocurran varias cosas y al final ocurre una de ellas (Hodgson , 1995 [1993]: 315). Esta indeterminación parcial supone que los rcsultados posibles de la evolución de un sistema social están condicionados tanto por restricciones internas como por restricciones externas, es decir, el espacio social es anisótropo y no todas las direcciones y sentidos son equiprobables (Ibáñez, 1994 [1988]: 25). Asumido que los agentes, en sus diferentes manifestaciones individuales y colec– tivas, son unos elementos claves para explicar la evolución de un sistema social, convie– ne aclarar que sus acciones están parcialmente determinadas y parcialmente indetermi– nadas. El comportamiento humano tiene facetas deliberadas (elección) y no deliberadas (hábitos). En el caso de la elecciólI, los agentes cuentan con el libre albedrío, lo que supone que pueden actuar en función de una variedad de formas posibles, y lo que es más, pueden cambiar de objetivos sin necesidad de que exista un estímulo externo: en este caso, nos encontrarnos con una causa no causada, con una primera causa, por lo que algunas elecciones son reales y en ellas se manifiesta la voluntad de los agentes. Sin embargo, los agentes tienen poderes de imaginación y creatividad limitados, entre otras cosas por su experiencia y los h,lbitos de pensamiento propios de la cultura a la que pertenecen; por eso, la indeterminación real, fruto del libre albedrío, está restringida y el conjunto de posibilidades de elección de los agentes queda limitado, permiticndo incluso que puedan hacerse predicciones (Hodgson, 1995 [19931: 307-315). El pasado, la cultura y las instituciones, en general, influyen, pero no determinan las decisiones de los agentes, por tanto, la evolución de todo sistema social es incierta. aunque al mismo tiempo existe en éste un cierto grado de orden o estabilidad. Dicho orden viene marcado esencialmente, aunque no de forma exclusiva, por el comporta– miento no deliberado de los agentes, por los hábitos, por las instiluciones, por la autorregulación automática del sistema social (Hodgson, 1995 [1993]: 31 El término instituciones es entendido aquí, según la definición de Veblen, como los principios de acción, acerca de la estabilidad y la finalidad, sobre los que los agentes prácticamente no tienen dudas (Bortis, 1990: 79). Las instituciones, así definidas, serían hábitos sociales que determinan acciones reguladoras, no deliberadas sino automáticas. Este automatismo no se refiere al hecho de que los agentes actúen sin voluntad. sino a que sus actuaciones no tienen como objetivo la regulación del sistema social, aunque por lo general sí tendrán un objetivo en la mayoría de los casos de carácter micro. La agregación de estas actuaciones deliberadas a nivel micro conduce a una autorregulación automática del sistema (Hodgson, 1991: 159). Las elecciones reales de los agentes suelen producirse en momentos de illcerti- 182

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