Ensayos sobre socioautopoiesis y epistemología constructivista

Hacia un,\ Economíu Política Global Postmouerna La traslación del concepto de autopoiesis, propio de la Biología, a las Ciencias Sociales, no puede hacerse de manera automática; distintos autores han presentado una serie de objeciones para que un sistema social pueda considerarse como autopoiético (Beyme, 1994 [1991]: 216-217): Sólo pueden denominarse autopoiético a un sistema vivo; en este sentido cual– quier sistema social está compuesto por individuos y, por tanto, por elementos vivos. Un sistema autopoiético-biológico produce sus propios componentes, se autorreproduce; esto sólo es válido para ciertos tipos de sistema social capaces de produ– cir sus propios agentes. Un sistema autopoiético-biológico puede no tener cerebro; no todo sistema social posee un órgano encargado de la toma de decisiones, aunque ciertos tipos de sistema social poseen un gobierno, mientras que otros funcionan por medio de la coordinación de los agentes. En un sistema autopoiético-biológieo los componentes pertenecen a un sistema y sólo a uno; sólo algunos tipos de sistema social pertenecientes al mismo plano de análisis (local, regional, nacional, mundial...) cumplen esta característica. No todos los elementos de un sistema autopoiético-biológico tienen acceso al entorno de dicho sistema; en el caso del sistema social todos sus elementos tienen acceso al entorno físico, pero sólo algunos elementos tienen acceso al entorno social, salvo en el caso del sistema social mundial, que carece de entorno social. A pesar de estas consideraciones, el concepto de autopoiesis es útil para explicar el funcionamiento de determinados tipos de sistema social; de esta forma un sistema social autopoiético será aquél que tiene capacidad para mantener su estabilidad estructu– ral autorregulándose continuamente o absorbiendo energía de su entorno. Frente este tipo de sistema social tendríamos el sistema social alopoiético, que sería aquél cuyos mecanismos de regulación no forman parte del mismo; suele conside– rarse como alopoiético a todo sistema que puede identificarse en el interior de un sistema autopoiético (Beyme, 1994 [1991 J: 220-221). Si consideramos al sistema social mundial como autopoiético, podríamos tratar a todo sistema social nacional como sistema alopoiético o subsistema, mientras que si consideramos al sistema social nacional como autopoiético, el resto del mundo sería su entorno social y todo sistema social regional o estatal sería un sistema alopoiético o subsistema espacial. Así mismo, todo sistema sec– torial que pueda darse dentro de un sistema autopoiético podría ser considerado como un sistema alopoiético o subsistema sectorial. En adelante hablaremos de un sistema social autopoiético. La estabilidad estructural que garantiza la autopoiesis es compatible con la ines– tabilidad del sistema social a nivel micro; con ello se rescata la vieja idea de Peircc. de finales del siglo XIX, de que el azar engendra orden y de que puede surgir un macroorden a partir de un microcaos, y el principio de determinismo estratificado de Weiss (1969), que sostiene que existe una determinación de lo grande a pesar de la indeterminación de lo pequeño. Así un sistema social autopoiético mostrará un cierto grado de orden a nivel macro a pesar de la variedad y el caos a nivel micro. El paso del microcaos al macroorden del sistema viene explicado por los trabajos de Prigogine y la Escuela de Bruselas (Prigogine y Stengers, 1984), que demuestran cómo un nuevo orden, equilibrio o estructura puede surgir a partir de una situación de caos, desequilibrio o inestabilidad del sistema, en virtud de procesos de autorregulación; de hecho es precisamente la variedad y el desorden a nivel micro lo que permite amorti– guar los efectos de retroalimentación acumulativa que podrían desestabilizar fácilmente un sistema en equilibrio (Hodgson, 1995 [1993]: 366-367). Pero el mantenimiento de la estabilidad estructural supone la necesidad de redu– cir la entropía, o grado de desorden. del sistema. El buen funcionamiento de un sistema social supone, por tanto, la existencia de un proceso de reducción de la entropía; y ello 179

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