Ensayos sobre socioautopoiesis y epistemología constructivista
Hacia una Economía Política Global Postmoderna estructuras parciales que no poseerían esta capacidad de autoorganizarse, por lo que no serían sistemas. Para otros autores, en especial los estructuralistas franceses, el sistema social está compuesto por diversas estructuras. Si adoptamos una perspectiva fisiológica, debemos aceptar el carácter dinámico del sistema social y ello supone incorporar la noción de tiempo. Si entendemos el térmi– no dinámica como funcionamiento, el concepto de tiempo que emplearemos será el tiempo causal, mientras que si lo empleamos como evolución, el concepto de tiempo que em– plearemos será el tiempo histórico. Según Granger (Viet, 1970 [1965]: 187-188) pode– mos distinguir entre tiempo causal, tiempo histórico y tiempo estocástico; el tiempo cau– sal sería el tiempo no fechado, el intervalo temporal entre la existencia de la causa y la existencia del efecto; el tiempo estocástico sería intervalo de tiempo no fechado en el que pueden darse determinados fenómenos además de las relaciones causa-efecto; y el tiempo histórico sería una variable plena y orientada, cuya estructura es tal que el conte– nido de cada instante depende del contenido de los instantes que le precedieron, en él se dan relaciones causales y fenómenos aleatorios. Bajo la perspectiva fisiológica, podemos estudiar la naturaleza, el sentido, el rit– mo y la intensidad de una serie de flujos de materia, energía e información que se dan entre los distintos elementos del sistema social; dicho flujos suelen tener un carácter circular generando así efectos de retroalimentación y de causación circular (Wiener, 1948). Cuando los efectos de retroalimentación se dan en flujos de información, el siste– ma social tiene la capacidad de aprendizaje. Hasta ahora hemos estado hablando de un sistema social cerrado, pero si conside– ramos que toda realidad social no se da en el vacío, sino que se encuentra inmersa en un medio físico y, la mayoría de las veces, en una realidad social más amplia, podemos empezar a considerar la idea de un sistema social abierto, es decir, de un sistema que mantiene un intercambio de materia, energía e infonnación con el entorno o ambientc, existiendo, por tanto, flujos de entrada y de salida de dicho sistema (BertaJanffy, 1992 lI975]). Así, si nos referimos al entorno físico del sistema social, la naturaleza no sólo es un elemento a tener en cuenta en el análisis, sino que es el entorno de dicho sistema, con el que mantiene flujos de entrada y de salida, interactuando tanto en sentido positivo como negativo. Lo mismo puede decirse del propio entorno social de un sistema social; para un sistema social de tipo nacional, su entorno social sería la realidad social del resto del mundo, organizada o no en forma de sistemas; mientras que para un sistema social de tipo mundial no existiría entorno social. Un sistema social tiene la capacidad de reaccionar ante los cambios que se produ– cen en el entorno, al objeto de mantener estable unas determinadas magnitudes, es decir, posee capacidad de autorregulación; cuando el sistema social tiene además la capacidad de generar y recibir flujos de información, éste puede realizar un aprendizaje que le permita controlar mejor su propia evolución (Wiener, 1948). Esto hace posible plantear además la noción de finalidad, característica que algu– nos sistemas poseen. Como todo, la determinación de la finalidad de un sistema es sub– jetiva, es decir, es el sujeto el que le asigna una finalidad a un sistema en el proceso dc interpretación de la realidad. Un sistema social pueden tener o no una finalidad, aunque al considerar la capacidad de autorregulación del mismo, el mantenimiento de la estabi– lidad, o su recuperación cuando ésta se ha perdido, pueden ser entendidos como la fina– lidad, el propósito o el objetivo del sistema. Sin embargo, el concepto de autorregulación se ha visto desbordado por el de autopoiesis, término procedente de la biología (Varela, Maturana y Uribe, 1974), que pue– de definirse como la capacidad que tiene un sistema para, a pesar de no estar en equilibrio, mantener una estabilidad estructural absorbiendo energía del entorno o autorregulándose continuamente. Al igual que un ser vivo, un sistema autopoiético es capaz de mantener su autonomía y la continuidad de sus pautas (Hodgson, 1995 [1993]: 365-366). 178
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