Ensayos sobre socioautopoiesis y epistemología constructivista

Investigación Social y Autoreferencia camos a los otros un punto de referencia, dejamos oculto, sin embargo, una zona inmen– sa a la que eventualmente podemos referir mediante otra distinción. Lo que se registra, entonces, en: "... la observación (es) una operación que utiliza l/na distinción para indicar un lado (y no el otro). En consecuencia es una operación con dos componentes: la distin– ción y la indicación que no pueden amalgamarse ni separarse operativamente.. " (46). Para Luhmann la pregunta no está en resolver el lado oscuro de la distinción, es decir a lo que no se ha hecho referencia, puesto que ahí entraríamos en un proceso de realizar distinciones sobre distinciones. El problema se encuentra en observar el punto ciego, es decir la distinción, la propia operación de observación, con la que se marca el límite entre lo indicado y lo no indicado. Aquí se encuentra el problema de la observación de la observación, es decir la observación de segundo orden: "Quien quiera observar a un observador como observadOf; no sólo debe tomarlo como objeto distinguible; debe comprender la distinción utilizada en el nivel de primer orden" (47). Investigación Social como Observación de Segundo Orden Sobre la base de los planteamientos que hemos ido desarrollando nos interesa afirmar, en primer lugar, que la observación de segundo orden entraña la promesa de observar no sólo lo que los observadores distinguen y describen, sino también persigue captar los esquemas de diferencias -los puntos ciegos- con que realizan tales observa– ciones, los cuales mientras operan no son observables (48). En la práctica, lo que la investigación social puede prometer, en primer lugar, es identificar el conjunto de conocimientos con los cuales los sistemas psíquicos se desen– vuelven exitosamente en dominios sociales y culturales particulares. Por medio de este rccurso, la investigación social está en condiciones de modelar, con una perspectiva más compleja, el conjunto de coordenadas que constituyen los sistemas sociales. En este vértice, es posible comprender la específica posición de la investigación social y, por extensión. la de las ciencias sociales. Nos interesa subrayar, entonces, que en función de los principios de la autorreferencia y la autopoiesis de los sistemas complejos, los cuales han sido tratados como sistemas observadores, mientras operan como tales, es decir mientras observan sc sitúan como tercero excluido: "...si se COllsidera que observar es siempre l/na operación que debe ser efectuada por un sistema autopoiético y que indica este sistema el! esta fiuzcíón como observadO!; esto lleva a afirmar que el observador es el tercero excluido de Sil observacióll. Al obser– var no puede verse a sí mismo. (... ) Y esto vale para cada observación, independiente– mente del hecho de que la operación sea psíquica (J social. que se realice como proceso actual de la conciencia o como cOlllunicación" (49). La conclusión de Luhmann es que: ".. ninguna autoobservaeión está en condicio– nes de comprender la plena realidad del sistema que ella realiza.. " (op. cít:46). La autoobservación desde esta perspectiva es una operación del proceso de constituei6n de sistemas que mientras opera no es capaz de distinguir su punto ciego. su distinción. ni observarse en el operar. Sin embargo, un sistema lo suficientemente complejo: "...puede pasar de la observación de sus operaciones a la observación de Sil ohservar)' por último a la observación del sistema mismo" (op.cit:46). Al respecto cabe tener presente una consideración en este planteamiento. tal como lo delineábamos en la introducción de este texto: para el caso de la sociedad toda obser– vación de carácter social está contenida en ella. Es decir no existen observaciones exter– nas a lo social. Ello implica señalar que los sistemas psíquicos, en tanto tales, no hacen 170

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