Ensayos sobre socioautopoiesis y epistemología constructivista

Teoría dc la Autopoiesis también en la doble contingencia. ya que la situación básica de ésta es que dos sistemas psíquicos entablen relación el uno con el otro y establezcan relaciones autorreferencialcs reduciendo la complejidad del entorno, lo que nos lleva a la cuestión de fondo de todo esto: la construcción de un sistema social (la construcción de un orden social o la posi– bilidad del enlace entre sistemas). Es por 10 tanto. la doble contingencia la que posibili– ta la construcción de un sistema social. ya que ésta consiste en la selección de alternati– vas de comunicaciones dentro de la estructura de expectativas y reglas presentes tanto en A como en B, y por lo tanto en el procesamiento de la complejidad por el sistema. Esta idea es algo divergente de las tesis de la teoría de la autopoiesis. Supone otra epistemología. Creemos que la utilización fructífera de las ideas innovadoras de la teoría de la autopoiesis requiere que muchas de sus tesis principales sean objeto de más análisis y menos lecturas exegéticas. Una propuesta es la explorada en este trabajo. respecto de considerar a las estructuras de expectativas como los componentes de un sistema social que se reproduce, quizás, de manera autopoiética, y a las comunicaciones en ngor, a los actos de habla - corno los elementos emergentes del proceso de comunicación o deformación recíproca entre individuos. Tal sistema interactivo no existe en abstracto, salvo conceptualmente. Los sistemas interactivos reales siempre están situados, se des– empeñan en determinada situación. Y la organización de las expectativas es función esa situación tipificada socialmente. La estructura de expectativas pertenece tanto a los sistemas síquicos como a los sistemas de interacción, es la intersección de un conjunto individual y otro social. Pensamos que la teoría ganaría al incluir al individuo y sus propiedades, puesto que si bien un sistema social no sólo es una sumatoria de actos individuales, existen propiedades que son comunes al sistema individual y al sistema social (para Luhmann, el sentido, pero no sólo ésta). Toda la riqueza y complejidad individual se expresan a menudo en los sistemas sociales, principalmente en los siste– mas simples como los interactivos. Las estructuras de expectativas serían las propieda– des constitutivas tanto del siquismo individual como de lo social, un punto de conexión o frontera entre individuo y sistema social, que complementa la subjetiVIdad individual o autorreferencia de los pensamientos y aporta variabilidad y ruido a la legalidad social de los patrones y normas. Por otra parte, ni el mismo Luhmann plantea el sistema interactivo como autárqui– co, de modo que no vemos la razón de ser en su insistencia de que todo sistema social es autopoiético. Tampoco vemos argumentos en su teoría para rechazar la existencia de sis– temas sociales no-autopoiéticos, particulall11ente debido a su estructura multiniveL que quizás habría que re-especificar bajo modalidades diferenciadas. De hecho, quizás uno de los malentendidos que le impide plantearse el problema de la transición desde el indivi– duo hacia lo social es su definición de lo propiamente social en términos de propiedad emergente, en este caso, las comunicaciones: sin percatarse que desde un punto de vista formal. un sistema está compuesto tanto por las propiedades resultantes (constitutivas tanto de los componentes del sistema como del sistema, en este caso, la estructura de expectativas) como por las propiedades emergentcs o de gestal!. Finalmente, uno de los grandes óbices para la aceptación de las supuestas conse– cuencias epistemológicas de la teoría de la autopoiesis es que ni Maturana ni Luhmann asumen claramente una doctrina de la verdad. No se afirma "esta teoría es verdadera". La pregunta por el status de las teorías queda sin resolver (y cualquier epistemólogo estará de acuerdo que ésta es una interrogante clave J. No sabemos si son teorías o inge– niosos cuentos de hadas, ya que adoptan una posición anti-realista no sólo para el caso de lo social sino que también a nivel de la psicología individual. Además, en ambos casos, el universo conceptual elaborado es suficientemente arbitrario (por ejemplo, como Maturana entiende el lenguaje y como Luhmann levanta hipótesis auxiliares sin basa– mento teórico o empírico de tipo alguno, como cuando justifica los entornos de los 137

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