Ensayos sobre socioautopoiesis y epistemología constructivista
Teorfa de la AUlopOleSlS determinante el CÍrculo autorreferencial: yo hag(l lo que tu quieres si tu haces lo que yo quiero. O al revés: yo no me dejo condicionar por ti, si tu no te dejas condicionar por mí. La nueva unidad, el sistema interactivo, no puede ser reducida a ninguno de los sistemas individuales participantes. Sin embargo, creemos que en la práctica reflexiva de los sis– temas psíquicos tales aclaraeioncs son improcedentes y generan mayor riesgo o menos probabilidades a la emergencia del sistema de interacción (Luhmann, Op.Cil, 128 a 132). Lo que prima es la capacidad de enlace de la estructura de expectativas, cotidiana o explicitada. Este círculo autorreferencial, ¿no es mcw intercambio reflejo o simetría') Desde cierto punto de vista, pareciera que la no-linealidad del planteamiento está asociado a una pérdida de interés por auscultar causalidad, antes que por el hecho de que no es posible descubrir causalidad...al menos no en ese nivelo jerarquía. Dicho de otro modo, esta nueva unidad denominada sistema interactivo, ¿"no se puede" () "no se quiere" redu– cir a ninguno de los sistemas individuales participantes') Nuevamente, una cosa es la afirmación "el ruido puede provenir de cualquier parte", y otra muy distinta el plantear que "no es factible saber de donde viene el ruido". Si se sustenta lo último, empero, habría que indicar si es un problema gnoseológico, teórico o metodológico. Desde la teoría de Luhmann sólo cabría responder con la primera alternativa y, quizás. con la segunda: sólo así, se confirmaría la prescindencia del actor o individuo en su teoría so– ciológica. Sin embargo, hasta qué punto es factible inmunizar a una teoría de un contenido insoslayable y hasta qué punto es ra¡;onable no estar dispuesto a modificar una tesis - por muy central que ésta sea de tal teoría debido a su supuesta incompatibilidad con ese contenido. son preguntas que cobran vigor al ejecutar un comentario crítico en orden a enjuiciar la prescindencia del actor en una teoría sociológica con pretensión de cientificidad y universalidad. En ese sentido, a nuestro juicio, mantener el concepto de autopoiesis se vincula con dos ventajas, La primera es que fortalece el enfoque sistémico genérico. asociándose la teoría con una discusión ya consagrada, en particular en la versión de la autoorganización; y, la segunda ventaja, es que le pennite diferenciarse al interior de esa misma discusión. La definieión de sistema y de cómo un sistema se vuelve a sí mismo un sistema se tornaba problemático para la teoría. De allí que Luhmann optara por el enfo– que sistémico de la autopoiesis y la complejidad. la autoorganización y la autorrefereneia: esto es, postulando que son los enlaces de las operaciones propias con las operaciones propias (fonnulación no trivial en el desarrollo de este enfoque) las que permiten dife– renciar un sistema de su entorno. La continuación de las operaciones del sistema es la re¡1foducción del sistema y, al mismo tiempo, la reproducción de la diferencia entre sis– tema y entorno. Aquí la duda surge en el postulado de asimetría entre sistema y entorno, en el sentido que el entorno es siempre más complejo que el sistema. plausible postular esto cuando el entorno de A es el sistema de B y viceversa? ¿No será mtís realista postu– lar que existe una simetría en términos de complejidad entre A y B. en el caso particular de un sistema ,interactivo? ¿No será más ef'iciente. además, hacerlo de este modo, para otorgarle un status explicativo a la teoría, permitiéndole utilizar leyes de niveles inf'crio– res para extraer consecuencias eompatibles con otras teorías "frontera"') Todo lo anterior nos lleva a rediscutir el rol de la evidencia empírica en la teoría y hasta qué punto es un intento fútil organizar coherentemente algunos postulados genera– les ad infinitio. Volvamos a la pregunta de fonLlo, acaso son las comunicaciones el com– ponente autopoietico de los sistemas sociales, pero ahora incorporando la definición de Luhmann sobre qué es comunicación. En primer lugar, niega que la comunicación con– sista en una transferencia de conciencia a eonciencia de "algo", de cierta entidad llamada "información" eomunicada. Más bien, sólo se puede hablar de comunicación "cuando el cambio de estado del complejo A corresponde a un cambio de estado del complejo B, 131
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