Ensayos sobre socioautopoiesis y epistemología constructivista

Teoría de la Autopoiesis sos en una red organizada, autopoiética; las comunicaciones son los componentes autopoiéticos de los sistemas sociales autopoiéticos. La justificación de tal elección teorética es que la producción de comunicación no puede ser reducida a la actividad individual, con lo cual se economiza todos los problemas de la teoría de la acción y formaliza en un nivel más alto y más abstracto la teoría sociológica. Sociologiza la teoría en el sentido de poner en el centro el hecho de que la comu– nÍcación debe ser transmitida y recibida, pero fundamentalmente en el hecho de que la comunicación para que sea tal, es decir, para que tenga sentido, debe ser seleccionada en una doblc contingencia entre un ego y un alter, un modelo mínimo de interacción propia– mente social (que no enfatiza el desempeño del individuo en el grupo, por ejemplo). Lo interesante es que en tal modelo, ni ego ni alter asumen la responsabilidad de la comuni– cación: la comunicación sólo se debe a la comunicación, es autopoiética. A partir del concepto de autopoiesis o caracterización de 10 constitutivo dc la organización celular, las ciencias sociales y cn particular la sociología, tradujeron esa idea de la siguiente forma: la sociedad son sistemas sociales autopoiéticos (clausurados operativamente) y autorreferentes (que integran los elementos del sistema como unida– des de función). Ego y alter son, cada uno, sistemas psíquicos; pero, ¿cómo es que juntos constitu– yen un sistema social, como por ejemplo, un sistema de interacción social? La entrada sociológica a este problema es el denominado teorema de la doble contingencia. Pero en el caso que nos ocupa. el de sistemas autopoiéticos, ello supone desechar el tratamiento de la interacción en términos simétricos como reflejo, reciprocidad de perspectivas o la tesis de la intercambiabilidad de los puntos de vista. Los sistemas sociales se generan porque (y sólo porque) ambos interlocutores experimentan la doble contingencia, una situación de carácter indefinido que, por obra de algún misterio que se de vela más ade– lante, ofrece un sentido estructurante para ambos participantes (Luhmann, op.cit, 123- 124). Es obvio que como lo anotó Schutz (20), existe un cierto stock of knowledge, social, necesario para la reproducción del sistema social y el requisÍlo de mínimo cono– cimiento mutuo dc las situaciones sociales es un hecho no trivial de la vida social. Sin embargo, en rigor, esto no es relevante. El hecho de la contingencia o la elección por la contingencia por parte de Luhmann obliga, más bien, a relevar el atributo de intranspareneia e incalculabilidad entre alter y ego. No se pueden leer los pensamientos del otro. El otro aparece ante mí como una caja negra. La doble contingencia entre dos sistemas de sentido, a saber dos individuos, de– berá ser transparentada y calculada de alguna forma. Esta forma es un mecanismo de selección de "lo que pueden observar" desde su autopoiesis particular. Al seleccionar, dicha acción genera una respuesta y de ese modo emerge un orden que antes era impro– bable. El teorema de la doble contingencia es la plausibilización de un enunciado proble– mático a la base de toda filosofía de las ciencias sociales. a saber, que la interacción social es de carácter legal. Pues, si los sistemas de interacción social no se basan en que dos individuos puedan comprenderse y predecirse, reconocerse y pronosticarse: ¿en qué se basan, entonces? La respuesta es que se basan o son el resultado de ciertas posibilida– des de controlar las incertidumbres dadas, posibilidades que tienen los participantes con respecto a su propia conducta. Es decir, los participantes tienen la posibilidad de asegu– rar su propia conducta, y esa garantía es efectiva en virtud de las estructuras de expecta– tivas para talo cual situación. El sistema de interacción se ha formado y delimitado por tales estructuras de expectativas. Por lo tanto, son la estabilización de las expectativas lo que permite la absorción de la incertidumbre, bajo la fórmula que la transforma de incer– tidumbre en transparencia y calculabilídad (op.cit. 126). En tal caso, como lo comentaremos más adelante, serían las estructuras de expec– tativas y no las comunicaciones los elementos reproductores o autopoiéticos, si tal 128

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