Sectores: fenomenología de la vida social de un grupo de pacientes internados en un sector del Hospital Psiquiátrico de Santiago
agregar que no todos los internos tienen las mismas facilidades de acceso a las diversas formas de ajustes y que las posibilidades se extienden en una gama que puede partir de situaciones como las que ejemplificamos con el caso de las "cenas nocturnas" hasta el extremo opuesto, como es el lamentable hecho de los que buscan cáscaras de fruta, restos de ali– mentos o bolsitas de té usadas u otros objetos, revolviendo los tarros de desperdicios. · Una forma diferente de explotación que merece alguna atención es la que tiene lugar entre los internos sobre la base del significado que puede llegar a tener la simple presencia o la mirada en un lugar en que es muy difícil el aislamiento entre los internos. Hay algunos que se especiali– zan en hacer notar su presencia cuando otro está fumaqdo o comiendo algo que proviene del exterior, hasta hacerse pagar su "retirada" con una "corta", un cigarrillo entero o una "probadita" de lo que el otro disfruta. El autor se vio en varias ocasiones en la necesidad de "retribuir" retiradas de este tipo, incluso para poder estar con tranquilidad en los excusados. Esta técnica, según pudo observar el autor, da sus resultados más óptimos cuando s~ la aplica a los internos que llevan menos tiempo recluidos y no tienen experiencias anteriores y especialmente en los recién llegados, pues con el tiempo la mayoría logra "adaptarse" a esta situación y puede hacer– se completamente indiferente o impermeable a la presencia y la mirada de los otros. Con seguridad, tal como afirma Goffman 105 , la manera más importan– te de explotar el sistema es la obtención de una asignación explotable; es decir, hacerse designar para algún trabajo a través del cual se tenga acceso a ciertos ajustes o fuentes de ajustes secundarios. Sin embargo, en el sector estas posibilidades son escasas debido a que en la práctica las actividades organizadas de recreación, terapia ocupacional, trabajo fuera del sector y otros son casi del todo inexistentes. Aun así, el interno que se encargaba del lavado de los platos y ollas en el repostero podía obtener algunos panes o frutas sobrantes, o en ocasiones, si le apetecía, alguna ración extra o elegir de las comidas lo que más le gustara; además de estar en situación de poder brindar a los otros internos algunos favores, tal como calentar un poco de agua para té, café o simplemente afeitarse como "caballero". Otro se hacía asignar para el aseo de los baños del interior, a los cuales el resto de los internos no tiene acceso durante la mayor parte del día, lo que le 105 E. Goffrp.an, op. cit., p. 218. 87
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