Sectores: fenomenología de la vida social de un grupo de pacientes internados en un sector del Hospital Psiquiátrico de Santiago

de los pacientes tomadas con precaución con la punta de los dedos hasta el desprecio por cualquier objeto de valor para el paciente (independien– temente del valor real fuera de la institución) . "Elpaciente L. .. discute con un auxiliarpor la pérdida de unas revis– tas, papeles y algunas fotos. El auxiliar, sin atender mucho las quejas delpaciente, le responde, insistiendo por lo menos tres veces: quién va a querer tusfotos, papeles, estupideces, puras porquerías... " 97 • La presunta inmoralidad del paciente hace que el personal tenga entre sus preocupaciones más importantes la vigilancia sobre la sexualidad de éstos. La formación de cualquier pareja de amigos que demuestren que les gusta estar juntos moviliza rápidamente la atención del personal. El fan– tasma de las relaciones homosexuales es quizás la mayor preocupación del personal. En el hecho, durante toda mi estadía en el sector sólo tuve no– ticias de un caso que podría justificar esta situación; aún cuando existe un tipo de juego de apariencia sexual muy arraigado en el sector, éste cumple una compleja función social que podremos explicar más adelante. La presunta peligrosidad del enfermo mental no es necesario ilustrar– la, cuando es ésta la que justifica la mayor parte de las v:eces la internación misma, al igual que la serie de acciones que le permiten al personal el control de los pacientes y que, en general, son llamados "métodos de con– tención'': camisa de fuerza, neurolépticos y en ocasiones el electroshock. La irresponsabilidad y la pereza parecen ser la misma cosa, y si se exa– mina el reglamento del sector que transcribimos algunas páginas antes, podemos ver ilustrado este punto. No es necesario enumerar la serie de objetos de uso cotidiano fuera de la institución que al interior están pros– critos para los pacientes. Presuntamente el interno es incapaz de conocer el valor de ciertas propiedades o carece de capacidades que garanticen un uso responsable de otros, tales como herramientas u objetos cortantes. Así, si al paciente se le dejara solo, por sí mismo no haría nada; "hay que moverlo". El momento en que más se nota esto es al levantarse en las mañanas; los golpes con los mangos de escoba en los catres a las siete de la mañana o antes no cesan hasta que el último paciente se ha levantado, con alguna excepción de tiempo en tiempo, en ocasión de que el médico ha prescrito cama a algún paciente. En definitiva, si al paciente no se lo controla o mueve desde afuera el sector se convertiría en una "casa de locos". 97 Notas de campo del autor. 76

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