Sectores: fenomenología de la vida social de un grupo de pacientes internados en un sector del Hospital Psiquiátrico de Santiago

silla o un árbol -aunque también los objetos remiten a otro: el que fa– bricó esta máquina de escribir y escribir para otros, en un lenguaje que comprenden otros, sobre un problema que también interesa a otros, etc.-, sino desde un principio tenemos una experiencia radicalmente distinta de los otros . "Es como un trasfondo de las cosas que me escapa porprincipio y que les es conferido desde afuera. Así, la aparición, entre los objetos de mi uni– verso, de un elemento de desintegración de ese universo, es lo que llamo la aparición de un hombre en mi universo. Elprójimo es, ante todo, una fuga permanente de las cosas hacia un término que capto a la vez como objeto a cierta distancia de míy que me escapa en tanto que despliega en torno suyo sus propias distancias. [ . .] Así, de pronto, ha aparecido un objeto que me ha robado el mundo. Todo está en su lugar, todo exis– te siempre para mí, pero todo está recorrido por una huida invisible y fija hacia un objeto nuevo. La aparición del prójimo en el mundo corresponde, pues a un deslizamiento fijo de todo el universo, y una descentración del mundo, que socava por debajo la centración operada por mí al mismo tiempo" 36 • Se ha dicho antes que el hombre es libre, que "la libertad está conde– nada a ser libre" 37 , agrega Sartre; pero en un mundo de cosas contingentes en que ella misma se descubre como contingente, y es "por la asunción de esta contingencia (que) puede haber una elección y una organización de las cosas en situación" 38 • Sin embargo la libertad encuentra sus límites en otras libertades, el mundo se ordena también de acuerdo a los fines de otros hombres; y así la libertad descubre que pertenece a un mundo cuyas signi– ficaciones pertenecen, también, a otros hombres. Pero aún así la libertad no se anula, sino que es ésta su contingencia, su situación: "Vivir en un mundo irifestado por mi prójimo no es solamente poder encontrarme con el Otro a cada vuelta del camino, sino también ha– llarme comprometido en un mundo cuyos complejos-utensilios pueden tener una significación que no les ha sido primeramente coriferida por mi libre proyecto. Es, también, en medio de este mundo dotado ya de 36 J. P. Sartre, El ser y la nada. Buenos Aires: Losada, 1972, pp. 330-331. 37 Idem., p. 625. 38 Idem., p. 625. 42

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