Sectores: fenomenología de la vida social de un grupo de pacientes internados en un sector del Hospital Psiquiátrico de Santiago

El asilo para enfermos mentales surge en el siglo XVIII como deri– vado de los grandes hospicios e internados que, diseminados por toda Europa, venían funcionando desde finales del siglo XVI en Inglaterra y mediados del siglo XVII en Francia. Estos grandes internados albergan una heterogénea población de mendigos, miserables, desocupados, de– lincuentes e insensatos. Durante este tiempo, que abarca casi un siglo y medio, se crea progresivamente una sensibilidad frente a la locura que a la postre concluiría en la creación de un espacio social propio para ésta. Bajo la dirección y auspicios de Tuke y Pinel se crean, de modo independiente, instituciones cuya finalidad explícita es la de "asegurar a aquellos miem– bros de la sociedad que tengan la desgracia de perder la razón, sin tener una fortuna suficiente para recurrir a los establecimientos dispendiosos, todos los recursos del arte y todas las dulzuras de la vida compatibles con su estado" 2 • Con su iniciativa, ambos médicos dan origen al asilo para enfermos mentales u hospital psiquiátrico tal y como se lo concibe en la actualidad, esto es: como una institución de límites precisos y bien defi– nidos dentro de la cual, mediante diversas operaciones, se otorga a todos aquellos individuos que padecen una alteración mental la posibilidad de reintegrarse al todo social. La ob.ra de Tuke y Pinel aparece entonces como un acto de "liberación de la alienación" 3 ; y a ellos se los concibe como dos grandes fllántropos de la práctica clínica, aquéllos que median– te su acción convirtieron en un hecho real las necesidades de reformular el enfrentamiento a la enfermedad mental. Dicho movimiento renovador constituiría entonces lo que pudiéra– mos denominar la primera revolución psiquiátrica, en tanto resuelve gran parte de los remordimientos y escrúpulos que, desde el siglo XVII, ma– nifiestan diversos especialistas de la salud ante el tratamiento altamente violento, castigador y con fines de exhibición eje~plarizadora que era empleado hasta entonces con el individuo alienado. Tuke y Pinel consiguen liberar a los enfermos mentales del garrote y las cadenas, el desprecio y la humillación evidentes, tratamiento equi– valente al que se daba hasta entonces a los delincuentes y criminales. La acción precursora de ambos autores prosigue durante el siglo XIX, con la proliferación de múltiples instituciones abocadas a la consecución de un medio y una forma de tratamiento más humano para los enfermos mentales. 2 M. Foucault, Historia de la locura en la época clásica. México: FCE, 1967, p. 222. 3 M. Foucault, op. cit. 22

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